Claramente, Bogotá es una de las ciudades llamadas a ser polo de desarrollo turístico. Para no ir muy lejos tenemos la iglesia de San Francisco, el Museo de Oro, el barrio de la Candelaria, la Iglesia de San Ignacio y su Capilla del Padre Paramo, la Iglesia Museo de Santa Clara, el Museo de la casa del Marques de San Jorge, Monserrate, bellos rincones coloniales, restaurantes y hoteles de primera… También tenemos la cercanía a la Catedral de Sal de Zipaquirá.
La noticia política de la apertura legislativa para el período 2018 – 2022 fue, sin lugar a dudas, la presencia de los señores de las Farc en el Congreso de la República, por cuenta de su derecho adquirido en los acuerdos de La Habana, donde sin ningún tipo de consideración frente a las víctimas del conflicto, las verdaderas víctimas, se les otorgó 10 curules, cinco en la Cámara de Representantes, cinco en el Senado de la República.
Calentó motores la tripulación que tendrá a su mando la nave Colombia, en ruta que inicia para los próximos cuatro años de Gobierno. Duque, como piloto, integró equipo con buena participación de mujeres profesionales, técnicos, expertos, académicos y, algunos veteranos en tierra y aire.
HAY tareas urgentes que deberá asumir con audacia el nuevo Gobierno: reducir la pobreza, crear empleo, mejorar el salario de trabajadores, reimpulsar la infraestructura y repotenciar el aparato productivo.
Otra asignatura pendiente tiene que ver con recobrar la seguridad. Los monitores indican luces rojas por cuenta de asesinatos, atracos y violencia intrafamiliar.
Cuando decidí comentar el llamado a indagatoria que le hizo la Corte Suprema de Justicia al expresidente Álvaro Uribe, pasé horas meditando sobre el tema. No podía escribir. ¡Total bloqueo! Hasta que descubrí la causa. La columna ya la había escrito y publicado en este mismo diario en marzo del 2016. La titulé “Van por Uribe”, y aseguré que se trataba de una “estrategia sistemática”. Venciendo el pudor de citarme, redacté este artículo:
Todo parece indicar que, por el momento, el galeón San José continuará en su lecho en el mar, donde se encuentra desde junio de 1708, hace más de trescientos años.
La inmensa mayoría de la gente anhela la riqueza. Sí, tener mucho dinero, propiedades, rentas, lujos, viajes y hasta excentricidades. En cierta medida eso está bien, la persona es libre de anhelar poseer, es parte inherente a su condición humana.
Según el artículo 185 de la Constitución, los congresistas serán inviolables por las opiniones y los votos que emitan en el ejercicio del cargo, pero “sin perjuicio de las normas disciplinarias contenidas en el reglamento respectivo”.
Luego de leer la carta de Juan Manuel Santos publicada en El Tiempo, el 18 de junio, la primera palabra para calificarla que viene a mi mente es ‘cinismo absoluto’. Me siento leyendo un relato al estilo de Alicia en el país de las maravillas, donde todo se transforma y se embellece en un mundo totalmente irreal.
Amanecerá y veremos, dice el pueblo ante la incertidumbre y hoy, definitivamente, esa duda es asombrosa. Saber que va a ocurrir no es fácil. Los jinetes del Congreso ya abordaron la silla de su bestia y tendrán que enfrentar las rémoras que en el camino están atravesadas, corriendo el riesgo de que se apeen por sorpresa ante las iniciativas aventuradas de los picadores improvisados.