La reforma a la salud no parece tener norte y si se le llega a conocer, sería funesta y repleta de prebendas para monopolios estatales y privados corruptos, que lo harían insostenible.
Para hacer un mundo más justo, no hay otro camino que el Evangelio. “Yo soy el camino la verdad y la vida” (Jn. 14,1), dijo el propio Jesús de Nazareth. Son llamados que recibimos para darle sentido y seguridad a nuestro vivir, con la ayuda de lo alto. Entonces, lo más venturoso será decir: “Si, ¡Señor, seguiré tus pasos!”.
La tecnología se aprovechó de las fallas del mercado. El gobierno del cambio se estrelló contra el caos, porque su vehículo de información es el teléfono roto vía Twitter, y, por defecto, la realidad sigue sometida ante las “parálisis por conflictos de intereses”. De hecho, los ciudadanos violamos normas o nos quejamos por casi todo, y prácticamente nadie quiere ceder algo ante eventuales iniciativas para redistribuir el bienestar, o mejorar el bien común.
Uno de los fundamentos esenciales del sistema político que estructura la Constitución de 1991 es la libertad, con todo su alcance y con todas sus consecuencias.
La dramática situación de Colombia es que lleva cerca de seis décadas signadas por la violencia y el terrorismo, siempre en nombre de la liberación del imperialismo ‘yanki’, para caer, por supuesto, en manos del imperio chino o del imperio ruso.
El Fipronil es una molécula insecticida y acaricida descubierta en la década de los 80´s del siglo pasado y comercializada a partir de 1993, con efecto de amplio espectro que ataca el sistema nervioso central de los objetivos biológicos. Es de lejos el plaguicida responsable de la mayor cantidad de vegetales frescos con residuos por encima de los valores permitidos y sus efectos son graves para la salud en caso de exposición prolongada por ingestión.
Nuestra historia ha tenido como protagonista hechos violentos, que jamás podrán ser ignorados.
Tenemos que comprometernos. Es tarea de todos colaborar y cooperar en mejorar la vida. No se debe ignorar la pobreza, la falta de hálito de tantos desfavorecidos y tampoco el sufrimiento de una parte grande de seres humanos. Los Estados han de ser más sociales y democráticos de
Nada más aberrante que la intención del gobierno en la reforma a la justicia, cuando propone suprimir el artículo 237 del código penal que castiga el incesto. La constitución natural y la cultura moral históricamente no permite las relaciones sexuales de padres con hijos, ni hermanos, ni tíos con sobrinas ni abuelos.
Parece atrayente el empeño del Gobierno Petro en propugnar porque un tramo importante el metro de Bogotá sea subterráneo; muchas razones se esbozan, como liberar la superficie para la movilidad, menos contaminación visual, estética, mejor ordenamiento urbano, etc. Incluso, cuando el presidente fue alcalde, se realizaron los estudios de un metro subterráneo, en unos 25 kilómetros de longitud, que no pudo llevarse a cabo, por un sin número de razones.