Comenzamos a vivir la época electoral con gran intensidad. Cuando se suponía que una vez firmado el acto de paz con las Farc, tanto en La Habana como el teatro Colón, viviríamos en el pomposo posconflicto aparece un triste y desolador fin de semana en materia de orden público o mejor aún, de desorden público.
No sube la temperatura en las propuestas de los candidatos a la presidencia. Lo dicho por los aspirantes, recoge lo lógico, reclamado en alto porcentaje por la ciudadanía, sin ir más allá en creatividad.
Proponen viraje en favor de justicia fuerte, empleo, educación masiva, economía equilibrada para todos, impulso contundente a agroindustria y salud eficiente, con experiencia para administrar; y nada más.
Hoy tengo el poder, son invulnerable, todo lo puedo y los demás se postran a mi voluntad. Estos son los pensamientos de aquellos que algún día alcanzaron el poder. Algunos que tiempo después se encuentran proscritos, perseguidos, desterrados, huyendo o encarcelados. Sí, hablo de poderosos gobernantes que con o sin razón cayeron en desgracia. En el último cuarto de siglo varios expresidentes latinoamericanos que ostentaron el poder en sus países hoy se encuentran subjúdice, encarcelados o en condiciones indignas.
Una cosa es la inseguridad tratada como un tema general y abstracto, sobre el cual opinan teorizantes y expertos, y otra bien distinta la inseguridad que toca a la puerta de la casa de cada ciudadano, lo enfrenta desde que sale a trabajar y lo acompaña de allí en adelante, todo el día y en todas partes, sin dejarlo descansar un minuto de la sensación de peligro.
Los cobardes ataques a la Policía Nacional en Barranquilla, Soledad -Atlántico-, Santa Rosa -Bolívar-, Tumaco, sumados a los muchos crímenes contra uniformados cometidos en los últimos meses en distintas localidades, indican que hay un deliberado propósito, o un plan orquestado, dirigido contra esa institución. De ello no parece ser consciente el Ejecutivo.
Uno de los motivos utilizado para desacreditar el acuerdo de paz suscrito entre el Gobierno y las Farc fue el tema alusivo al “género”. Dentro de los principios que se defendían, en las discusiones se planteaba “crear las condiciones para que las mujeres y personas con identidad sexual diversa puedan acceder, en igualdad de condiciones, a los beneficios en un país sin conflicto armado”. Este criterio fue uno de los que se explotó dialécticamente, en aberrada publicidad, para que el plebiscito no tuviera éxito.
El Papa Francisco ha puesto el dedo en una llaga abierta y supurante: la rampante corrupción de los presidentes latinoamericano.
No sé qué nos pasa, pero los ciudadanos de bien seguimos creyendo que las cosas cambiaron. ¿Será que somos ingenuos? o a lo mejor estamos pensando con el deseo, pero la verdad es que los hechos muestran lo contrario, seguimos asistiendo a la aniquilación de servidores públicos sin el más mínimo miramiento. No es posible que nos esté sucediendo esto, observar que fuerzas oscuras se ensañan con la policía para hacerla blanco de sus ataques. No es justo ni aceptable.
Todos los días vemos las noticias buscando informes positivos de lo que sucede en nuestro país y que nos permitan ver la luz al final del túnel en el que nos encontramos.
Hace pocos días nos encontramos con una noticia de este tipo. Anunciaban el incremento internacional en el precio del petróleo, que nos beneficia como productores, y que hizo que el peso se fortaleciera. Sin embargo, venía acompañada de la preocupación frente a la dificultad de encontrar nuevos pozos petroleros, lo que limitaría nuestras reservas a los próximos cinco años.
Primero la rana, en 1952; después, en 1996, la oveja Dolly y ahora dos monos según el anuncio de científicos chinos. Genéticamente idénticos, hace un mes un macaco hembra dio a luz un clon, creado a partir de células de tejido, la misma técnica usada en la oveja y diez días más tarde nació el segundo mono exacto al primero. En los últimos tiempos se han clonado perros, gatos, ratones y distintas clases de animales. Descender de un mismo individuo por mecanismos de reproducción asexual antes se consideraba imposible quimera.