“Se ha echado tierra -no es una crítica- a los gritos de paz sin impunidad”
Con sabiduría y equilibrio envidiables, la Corte le imprimió el aval que el país esperaba para la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
Silenciaron las críticas, frenaron esguinces, críticas y vociferaciones. Callaron todos, tirios y troyanos. El camino está despejado para que amigos y enemigos de la paz, especialmente estos últimos, lograran para sí beneficios de una legislación que refrenda los acuerdos de paz de La Habana y la terminación de la guerra en Colombia.