La nueva Constitución Política colombiana, esa que surge del bloque de constitucionalidad de La Habana; esa que se originó en el robo antidemocrático del 2 de octubre del año 16; esa que según las partes (gobierno Santos y Farc) hace parte de un tratado internacional “especial”, prevé una curiosa figura y la eleva como derecho fundamental a rango constitucional. Se prohíbe, dice el acuerdo, “la estigmatización de la protesta”.
En las últimas horas España se ha sumido en la que podría ser la más grave crisis de su vida moderna. Un ausencia absoluta de diálogo entre las autoridades del Estado y las que han proclamado la independencia de Cataluña ha producido un rompimiento, cuyas consecuencias aún son muy difíciles de prever.
Es muy conocida la definición de “clase media”, según la cual, es “aquella que gasta todo lo que no tiene para aparentar tener y disfrutar lo que no tiene”. El concepto de clase social es propio de sociedades maduras, avanzadas y muy evolucionadas. En este ambiente se estratifica la clase social a lo largo del tiempo en función del papel que desempeñan en el proceso productivo. Siempre lo económico ha sido decisivo al clasificar los grupos sociales.
La reforma de nuestra Constitución ejecutada por un cuerpo convocado para esos efectos en 1991, nos dotó de una ley fundamental que ha sido objeto de muchos comentarios positivos y negativos, así como reservas de diversa índole que conducen a pensar que tal vez, como lo decía el doctor Álvaro Gómez Hurtado, bien valía la pena para ponernos al día, dar estricto cumplimiento a la Constitución de 1886. Dizque no se le puede imponer cortapisas ni temas para para ser discutidos; esos fueron argumentos que sostuvieron quienes nos cambiaron la Constitución.
Se explicará cómo surgió el tema de las “chivas” en esta columna. Se comentaron las siguientes obras: ¡Cuidado con lo que Dice! de Yamid Amat; Mujeres que Dicen Verdades de Alejandra de Vengoechea; El Tiempo por Cárcel por Roberto Pombo y Esteban Constaín: Recordar es Morir a cargo de Daniel Coronell: y Casi Toda la Verdad de autoría de María Isabel Rueda. Todas publicadas en 2016, excepto la última en 2010.
El Centro Democrático está feliz con la decisión del CNE donde se absuelve a Oscar Iván Zuluaga del supuesto ingreso de dineros de Odebrecht a su campaña. Reconoce que no existen pruebas del ingreso de esos dineros, ni de que el candidato hubiera celebrado contratos que no presentó ante los órganos de control electoral. El partido está atento a su decisión sobre su retorno a la contienda presidencial, los precandidatos sentimos que su llegada fortalece el debate interno y aun sin conocer su inclinación, le damos la bienvenida y lo recibimos con entusiasmo.
Alejo Carpentier dijo que “los mundos nuevos deben ser vividos antes de ser explicados”. Me gusta la idea, y por “antónimo” recuerdo algunas reuniones de supuestos expertos que atiborran el sonido y la pantalla de una presentación, con palabras técnicas, emocionalmente planas, y casi siempre salpicadas de inglés. Es curioso... el español alcanza para escribir versos, novelas, cuentos, editoriales y boleros. Pero parecería no ser suficiente para una presentación de 15 minutos sobre informes de gestión.
El Consejo Nacional Electoral dejó la mayor “Duda” que se conozca y con ella revolvió el turbión electoral colombiano, a meses de definirse quién nos gobernará durante 4 años, debido a la confusa, precipitada e inexplicable absolución a Oscar Iván Zuluaga, por haber dejado ingresar dineros de Odebrecht a su campaña presidencial.
Farc y ELN en tiempos pasados se disputaron con las armas muchos territorios pero en 2010 convinieron respetarse los respectivos territorios. Durante las negociaciones de las Farc con el gobierno el ELN, inteligentemente, se mantuvo al margen, a la espera del resultado. Las Farc lograron en Cuba unas concesiones que no pudieron obtener cuando tenían 20.000 hombres y las obtuvieron, ya debilitadas y reducidas a recónditos parajes, con 6.600 guerrilleros.
La Corte Constitucional acaba de ordenar al Presidente de la República, en su condición de Jefe de Estado, “hacer sus mejores esfuerzos, determinar el cronograma y activar los instrumentos de derecho nacional e internacional necesarios para lograr la repatriación de las 122 piezas que forman parte del patrimonio cultural de Colombia, conocidas con la denominación “Tesoro Quimbaya” que hoy se encuentran en permanente exposición en el Museo de América de Madrid.” A renglón seguido estatiza en que “las circunstancias de tiempo y modo de la repatriación, así como los medos para obtenerla, queda