El caso de Venezuela se ha convertido en un factor desestabilizador de la región latinoamericana, que puede llegar a tener grandes repercusiones en nuestro país. Por mencionar un solo ejemplo es evidente el gran reto que tenemos como región de atender las migraciones fruto de la profunda crisis humanitaria que están padeciendo nuestros hermanos venezolanos, como consecuencia de la debacle económica, social y política generada por la dictadura reinante en el país vecino.
Mi hermano Mariano Ospina Hernández ha vivido en dos siglos y nada ha dejado de fascinarlo, intrigarlo y ponerlo en acción. Para él, cada día es una nueva página por descubrir y estudiar, una página que enriquecerá el libro de su vida.
Felizmente hoy celebramos sus noventa años. Parecen pocos para un hombre tan vital y tan lleno de proyectos e ideas. Sin lugar a dudas, para Mariano ¡noventa años no son nada!
La Corte Constitucional (Sentencia C-223/17) declaró inconstitucionales algunas de las normas (Derecho de reunión) del Código de Policía que ayer entró a regir. Sentencia que ha dado lugar a polémicas entre defensores del nuevo estatuto y quienes han demandado su inexequibilidad.
El martes venció el término que las autoridades de policía se dieron para concientizar la ciudadanía de la importancia que tiene el nuevo Código de Policía y convivencia en la sociedad, más la trascendencia de conocer su filosofía y objetivos finales.
El pasado domingo, con lluvia, más de doce muertos, abstención electoral, disturbios en Caracas y otras ciudades, militares heridos como consecuencia de la explosión de un artefacto, presión indebida del gobierno, se efectuó la elección para la Constituyente tendiente a prolongar el mandato de Maduro, con propuestas de modificación de la estructura de las ramas del poder, cambiando funciones y borrando el Congreso.
A finales de mayo, el Tribunal administrativo de La Guajira impuso una millonaria condena a la empresa Promigás. En octubre 2001, las Farc habían volado un tramo del gasoducto Ballenas-Barranquilla. La explosión dejó siete personas muertas, más de diez heridas y cuantiosos daños materiales. El tribunal decidió que eran la empresa privada y Minminas, y no las Farc, los que deberían responder por ese hecho, lo que, naturalmente, produjo la reacción del sector privado ya que se le sanciona por hechos de terceros.
Un viejo chiste relata que una trabajadora sexual entrega un billete de cincuenta mil en un supermercado para cancelar algunos productos que quiere comprar y cuando el dependiente le dice que el billete con el que ha pagado es falso, solo atina a decir “¿Falso?. Uy, me violaron”.
Cuesta creer que tras haber sido el principal soporte del gobierno venezolano durante los últimos años, ahora el presidente Santos esté dedicando sus esfuerzos diplomáticos a buscarle una especie de salida digna a Nicolás Maduro.
Cuesta creer que, tan solo por complacer a Donald Trump, Santos se haya comunicado con los presidentes Macri, de Argentina, y Peña Nieto, de México, para planear una iniciativa orientada a que él desista de su Constituyente.
Mucho se ha discutido en torno a la fijación de precios de los combustibles en Colombia por parte del Ministerio de Minas y Energía y sobre los precios mismos. Pero en este debate ha habido más calor que luz. Tanto a Ecopetrol como refinador, como a los productores de etanol y biodiesel, el precio que se le paga corresponde al costo de oportunidad; en el primer caso se toma como referencia el precio en el Golfo de México y en el segundo según la cotización del azúcar en la Bolsa de Londres y el precio del aceite de palma en Malasia, en su orden. Estas son las reglas de juego.
El Centro Democrático es un partido nuevo, en proceso de consolidarse como una opción real de poder para Colombia en el 2018. Desde su creación ha enfrentado varios retos, no solo oponerse a un Gobierno que cuenta con el apoyo mayoritario del Congreso, las altas Cortes, poderosos grupos económicos y grandes medios de comunicación. Oponerse a un acuerdo entre el Ejecutivo y las Farc implica un desgaste en términos políticos. La paz es una bandera políticamente correcta y electoralmente rentable, ante la cual no resulta fácil oponerse.