Dos trinos, emitidos con una semana de distancia, han puesto de presente que entre Gustavo Petro y Álvaro Uribe no hay diferencia. Son como gemelos separados al nacer. Cada uno ubicado en un extremo del espectro político, desde donde se hermanan en sus métodos de manipulación y en sus atentados contra la democracia.
Dominicana parece el lugar ideal para dialogar con Marina Gonçalves, de O Globo, sobre la cuestión venezolana.
A ella le resultó interesante que la Asamblea Nacional hubiese recibido con aplausos a la fiscal general, Luisa Ortega, cuando acudió para avalar su ratificación del Vicefiscal González.
¿Ella llegará a integrarse en algún momento a la oposición , indaga con particular interés.
La asociatividad gremial es, sin duda, uno de los instrumentos más eficaces para impulsar el crecimiento económico y el bienestar social inherentes a cada sector, en especial dentro de un medio como el nuestro donde la iniciativa privada acompañada de la vocería de quienes integran un mismo oficio, puede llegar a convertirse en mecanismo de presión para buscar soluciones a sus problemas y promover políticas de Estado que contribuyan al desarrollo de los renglones en ella representados.
El Gobierno, a raíz del Acuerdo con las Farc, decidió dividir a los colombianos en “amigos de la paz y amigos de la guerra”. Crearon una fractura social que no existía, se inventaron el Plebiscito -creyendo que podrían manipular la opinión- y fundaron la campaña en la polarización, entre “buenos y malos”, suponiendo que el peso de la estigmatización inclinaría la balanza a favor del Sí, al ser lo “políticamente correcto”.
La profusión de leyes expedidas y de reformas a la Constitución tiene su costo, pues a través de muchas de ellas se comprometen recursos del Presupuesto General de la Nación y en no pocos casos de los presupuestos de las entidades territoriales. En efecto, muchas de las leyes expedidas al entrar en vigencia conllevan un costo fiscal, en la mayoría de los casos permanente y en otros transitorio, aunque hablando de transitoriedad no hay nada más permanente que las normas transitorias.
La entrevista realizada al general Naranjo por Yamid Amat y publicada en El Espectador, cobra interés y alcances muy diferentes a los que supuestamente animaban al entrevistado y a su entrevistador. En efecto, ambos ahondaron más en señalamientos y acusaciones dirigidas a alimentar la polarización que ellos dicen condenar, que en destacar los verdaderos elementos de una estrategia que, sin embargo, se percibe en el tenor de sus palabras y es susceptible de provocar fundados temores por sus devastadores efectos sobre la democracia y sus instituciones.
Con su 12% de favorabilidad a cuestas, y cayendo, el Presidente arrastra su último año de mandato con el único propósito de cumplirles a las Farc a toda costa. Sin embargo, ya no las tiene todas consigo. De una parte, la Unidad alrededor de la paz fariana se desmorona frente a los intereses electorales de 2018, aún a pesar del último gran pote de mermelada por esparcir, de 7 billones de regalías en “proyectos regionales” durante el segundo semestre.
El 4 de julio, los encuestadores dieron este dato: 23% de los estadounidenses creen que se independizaron de Alemania, Francia o México. Es la era de Trump.
Wang Jing, el empresario que iba a construir el canal de Nicaragua perdió el 85% de su capital por la caída de acciones de Xinwei. El dictador Ortega ya no habla de “la tierra prometida” y esa obra que perjudicaría en especial a Panamá, y a Colombia ha quedado varada por lo pronto. El hijo del dictador que estaba en la junta organizadora deberá buscar otro modo de ganarse esa tierra prometida.
En distintas épocas, Homero (en el siglo VIII a.C.); Platón (s. IV a.C.); Maquiavelo (1469-1527) y Montesquieu (1689-1755), se refirieron a la corrupción al hablar de los jueces, de los legisladores, del príncipe y de los gobernantes, en general.
Estamos deforestando la vida. Estamos talando el futuro de la humanidad. La insensatez y la codicia humana son infinitas. Muchísimos seres humanos acaban con un bosque para obtener un pírrico beneficio, sin pensar ni valorar, los daños que les hacen al planeta, a la madre tierra y por ende a sus habitantes.
Y la verdad sea dicha, somos impotentes, somos incapaces de parar esa horda de depredadores que están acabando con nuestros bosques.