Comunica el señor Ministro de Salud que lo visita un cáncer y que está listo para dar la lucha. Naturalmente nos solidarizamos con este diligente servidor público, más cuando está al frente de un campo tan complejo como el de la salud de los colombianos y le corresponde lidiar con toda clase de situaciones, problemas, intereses, incomprensiones.
Siguiendo el Papa Emérito Benedicto XVI con el periodista Peter Seewald en ese agradable estilo dialogado, llegamos a un momento de trascendental importancia para la Iglesia, y para quienes en alguna forma en él intervinieron, el Concilio Vaticano II (1962-1965). La presencia del futuro Papa Ratzinger está ligada a la destacada actuación del cardenal Joseph Frings, de Colonia, muy apreciado por el Papa Juan XXIII, con coincidencia de pensamiento, según lo ya reseñado en torno a la Conferencia de aquel en Génova, que fuera hecha por su asistente el joven teólogo Ratzinger (pág. 158).
Hemos convertido el mundo en una cubierta de sin razones, a causa de sangrientos conflictos, haciendo cada día más complicado transitar por los caminos de la vida de manera segura. El orgullo de quienes no ambicionan acoger es marginar, destruir, generar un infierno de desconciertos, donde nadie respete a nadie y todo se ponga en entredicho. Para desgracia nuestra, hemos olvidado que somos un proyecto de paz, no de guerra, y que a pesar de las dificultades halladas en el camino, somos un signo de ilusión.
Un domingo cualquiera de 2005 caminamos con Nancy las pocas cuadras que separaban la Avenida Schollmeyer del supermercado con la intención de comprar leche que supiera a leche. Cruzamos frente a la iglesia del Father George, con su icónica imitación de La Pietà, y seguimos de frente por el borde del cementerio hasta Aldi, un agradable lugar con aire acondicionado donde la comida estaba en cajas y cada uno debía llevar su propia bolsa. “Todos los bosnios de St.
Las cosas que pasan en diferentes partes del mudo suelen tener una cierta similitud, aunque los temperamentos de quienes participan sean distintos. ¿Podríamos establecer alguna semejanza entre el comportamiento político de la Gran Bretaña y el de nosotros los colombianos? Parece difícil, porque el temperamento tradicionalmente flemático de los ingleses y el alegre y en cierta manera explosivo y bullicioso del nuestro, por querer decir que solemos ser más expansivos.
Bogotá parece decidida a demostrar que ha sido y seguirá siendo una ciudad que crece desmesurada y caóticamente, sin planeación alguna, al vaivén del egoísmo de sus dirigentes, sin civismo de ninguna clase y sin una ciudadanía a la que le duelan sus numerosos y múltiples problemas. Y como potro cerril no tolera jinete que lo amanse y le marque el paso.
La historia nació de la ambición natural de honor y de inmortalidad que en todos los hombres existe, y que los lleva a conocer los hechos heroicos de sus mayores. Por eso, se levantaron estatuas y monumentos; por eso, cuando no estaba inventada la escritura se conservaba oralmente la tradición de las cosas pasadas.
Comenzó con “Chismes”, en esta columna, la formulación del inicio de un marco teórico para la investigación interdisciplinaria y exhaustiva de la anomalía indicada. Se agregan dos proposiciones a la serie ya expuesta: los medios de comunicación concretan la opinión pública, en lo cual tiende a regir el consenso, y las facultades discrecionales del Estado deben desaparecer de la Constitución Nacional y reemplazadas por la transparencia absoluta.
De regreso de Bello, luego de una jornada larga, que más que trabajo es mi aporte a una apuesta inmensa de inclusión para el posconflicto, me pongo a pensar en la palabra, esa que nos hace humanos y que dicha se aleja cada vez más de las cosas, como lo describe Heidegger en Sendas Perdidas.
El psiquiatra irlandés Lord Alderdice ha dedicado su ejercicio profesional y su vocación personal a trabajar por el corazón de la salud mental de las personas y las sociedades; la vida, la guerra y el permanente estudio de la condición humana, lo convirtieron en un constructor de paz, interior y colectiva.