Colombia, por encima del promedio mundial de población en estado de depresión, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene una tasa del 4,7 por ciento. Supera el índice global de 4,4 y nadie se siente tocado por el informe.
Un país en proceso de terminar guerra de 52 años, que vive marcada desigualdad social, sin rumbo definido y solvente en servicios de salud pública, aparte del abandono de otros compromisos estatales con la gente, lo menos que puede esperar es la depresión.