La noticia de la corrupción colombiana nos llegó de fuera como efecto de la globalización, y destapa los alfiles políticos de ella y sus beneficiarios inmediatos. El escándalo de Odebrecht develado por la justicia de EE.UU. de nuevo señala al régimen de Uribe, que ya de suyo tiene en su haber el doloso Reficar, el mayor detrimento del patrimonio público en la historia del país, y cuya reelección presidencial fue, en sí misma, un cohecho como lo ha dicho la Corte.
Aún recuerdo, como si fuera ayer, cuando desempeñándome como Cónsul General de Colombia en New York, me tocó ambientar entre nuestra comunidad el tratado de libre comercio que Colombia había firmado con USA, convocándolos para solicitarle apoyo a los congresistas Demócratas de sus circuitos electorales, mediante emails y llamadas, ya que ese partido tiene amplia mayoría en el noreste de Estados Unidos.
La campaña para la presidencia de la República se anuncia larga por la natural y
comprensible indignación que se ha apoderado de los colombianos ante el lamentable
estado de postración ética, política, social y económica que golpea a la Nación. La
corrupción ha invadido todos los espacios de la vida nacional, regional y local,
estableciendo sus cuarteles en todas las instituciones y dependencias estatales. La
sociedad colombiana se ve hoy confrontada al peligro inminente de deslegitimación
El séptimo informe del Observatorio Internacional sobre la ley de Justicia y Paz, del Centro Internacional de Toledo para la Paz, CITpax, es un documento de gran valor, que debe servir para alimentar constructivamente el debate sobre la jurisdicción especial para la paz.
Todo lo que hoy tenemos en materia de búsqueda de la convivencia y de construcción de marcos legales para conseguirla, es producto de una larga evolución histórica.
Si se tratara de un debate humanitario sobre la tauromaquia, lo fundamental en ese caso sería proteger la integridad y la vida del torero. Por lo que alguno pediría que se le dotase de una fina armadura para que las astas del toro no lo hiriesen o le despachen al otro mundo; lo que atentaría contra la ceremonia lúdica que desempeña el hombre que se enfrenta a la bestia. Las corridas devienen en un certamen público en el cual se da rienda suelta al talante ancestral de la cita de ambos actores con la muerte, en recuerdo de los combates en la antigüedad de los hombres con los toros.
Enfrentarse a la burocracia. Como lo hizo con la comunidad de inteligencia aun antes de posesionarse.
Siguiendo la pista de la reflexión moral, no tanto desde la teoría, sino desde la misma práctica y a partir de los hechos que se suceden a diario, salta a la vista una especie de angustia del ser humano de hoy. Todo parece indicar que a muchos hombres y mujeres de nuestra época se les ha instalado en la cabeza la idea de que es una obligación poder vivir como un sibarita, es decir, en medio de toda clase de placeres, lujos, comodidades, flujos de dinero sin límite, viajes, objetos, etc.
Enseguida de la muerte del Sr. Arzobispo Herrera, que ejercía gran influjo político en el país, se complicó esta situación por la profunda división del Partido Conservador, y pérdida de la Presidencia que venía ejerciendo desde 45 años atrás. En esos avatares se le pidió a Mons. Perdomo mediar, lo cual hizo creyendo prestar un indispensable servicio a la religión y a la Patria, y, últimamente, en obediencia a instrucciones, prácticamente órdenes, de la Santa Sede, con resultados negativos.
El proceso de paz no ha sido una empresa fácil. Desde sus inicios ha tenido toda clase de dificultades, muchas de ellas naturales pero no pocas deliberadamente producidas por enemigos y adversarios políticos del presidente Santos. Comenzó siendo, desde luego, una negociación muy difícil y en medio de una grande y mutua desconfianza. A eso se sumó la cerril y sistemática crítica del uribismo, cuyo jefe no ha podido entender, y menos permitir, que alguien distinto a él pueda lograr empeños de esa envergadura.
Sigue el resumen de Piketty y los Economistas Colombianos. Debate sobre El Capital en el Siglo XXI (Ediciones Aurora, Bogotá, 2015) y el turno le corresponde a Julio Silva-Colmenares (JSC) con “Divergencia entre Valor y Precio del Trabajo”; son diversos los temas y se comienza por el sistema capitalista y conceptos personales. JSC indica que el capitalismo desemboca en el monopolio, tanto en el centro como en la periferia, expresado en “concentración de la producción y en la centralización de los medios de producción”.