Tal vez el presidente Iván Duque pasará a la historia como el último presidente decente que tuvimos. El último que recibió sinceros honores militares y el último moralizador de las fuerzas militares.
Desde que lo conocí en la Sergio Arboleda, más allá de sus aspiraciones de gobernar Colombia realmente siempre fue un tipo decente y eso implica por supuesto no tener quiebres éticos, no maltratar a nadie y no actuar guiado por el resentimiento, la superioridad o la venganza.