Desde el Cono Sur y extendiéndose por casi todos los países, pasando por Brasil, de extremo a extremo, desde Chile hasta Venezuela y el Caribe, crece la peligrosa marea roja. Por supuesto, no se debe confundir el caso de Chile con el de Colombia, allí las Fuerzas Armadas consiguen abortar el intento revolucionario de Salvador Allende, cuando, con el apoyo de Fidel Castro, las milicias urbanas de la revolución esperaban recibir las armas para imponerse por la fuerza.
Necesitamos, para evolucionar como humanidad y no seguir dando vueltas en la rueda del consumismo -desde alimentos y ropa, hasta educación y salud-, transformar las dinámicas con nosotros mismos.
MÁS que polarización las próximas elecciones colombianas están proyectando un extenso e intenso proceso de desestabilización. Gustavo Petro exguerrillero y presidenciable por parte de la izquierda, se ha convertido así en el gran desestabilizador. Él encarna una figura que, para bien o para mal, es apoyada por un electorado cercano a los ocho millones de votos, cifra nada despreciable como capital político para llegar a la Casa de Nariño.
El atentado terrorista del ELN contra agentes de la Policía Nacional en Cali, merece una nueva reflexión sobre las estrategias de seguridad en Colombia.
Los sectores agropecuario y empresarial en general, del interior del país, confían en pronta reparación de los túneles que unen parte del centro del país, con pasajeros movilizados en empresas de transporte público y vehículos particulares, entre Cundinamarca, Tolima, Quindío, Huila, Caquetá y Nariño puerta sur, con Ecuador.
En la presente oportunidad quisiéramos invitaros a reflexionar en torno al concepto griego de “Eudaimonía”, también conocida como “felicidad”, y definida por la RAE como “estado de satisfacción debido generalmente a la situación de uno mismo en la vida”. Pues bien, no hagáis caso a la RAE y pensemos por un momento qué es eso que tanto mencionamos y decimos necesitar, pero tal vez no siempre comprendemos cabalmente.
Las conclusiones de la Misión de Empleo son tan inquietantes como evidentes. El mercado laboral y la protección social en Colombia funcionan mal. La mayoría de los trabajadores recibe una protección social deficiente y tiene empleos precarios, lo que genera exclusión social y castiga el crecimiento.
En desarrollo de la obligación de darle cumplimiento al fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del 8 de julio de 2020, la procuradora general, Margarita Cabello, presentó en marzo de 2021 el Proyecto de Ley que se convirtió en la Ley 2094 de 2021 y que mantiene la potestad disciplinaria de la Procuraduría frente a servidores públicos de elección popular y amplía sus funciones jurisdiccionales en el área misional disciplinaria para continuar actuando en casos que impliquen sanciones de destitución e inhabilidad.
En el 2021 me la pasé escribiendo sandeces en esta columna, pero prometí cambiar para el 2022, después de Reyes.
Si nuestro país estudiara la historia que transitamos desde la independencia, advertiría que hemos tenido verdaderos prohombres en la política y en el gobierno, que nos podría mostrar el colega Oscar Alarcón, en uno de sus brillantes escritos.