Muere el presidente Gonzalo, más conocido como Abimael Guzmán, un criminal comunista marxista leninista, de la línea Sendero Luminoso Mariátegui, que adoptó el modelo chino de Mao Zedong sembrando muerte y terror en Perú, principalmente en el campesinado por muy largo tiempo.
Si la Constitución asigna a las ramas y órganos del poder público determinadas funciones -para lo cual les confiere atribuciones y cierto margen de poder-, no lo hace con el superficial propósito de adornar el texto, pues ello de nada serviría, sino para que esas funciones sean ejercidas con miras al logro de los objetivos institucionales.
Pocos expresidentes han sido tan vapuleados injustamente por algunos medios y personajes, como Andrés Pastrana Arango. Medios y personajes que claramente han tenido y continúan teniendo agresivas agendas políticas, rotundamente opuestas al expresidente, que los hacen incapaces de presentar o analizar los hechos honesta e imparcialmente.
Diferentes personas han salido en estos días a explicar los supuestos beneficios que traerá la Ley de Inversión Social. Por un lado, dirigentes gremiales han dicho que no afectará a la clase media, ni a los más vulnerables, en tanto solo se tocaron los impuestos a las empresas. Otros, han dicho que será una poderosa herramienta para reactivar el empleo. Y algunos afirman que será muy efectiva para enfrentar el aumento de la pobreza y que la llevaría a niveles de antes de la pandemia.
En Colombia nada es sorprendente, pero sí resulta inverosímil que una simple reunión de dos personas que no tenía nada de particular, haya dado tanto de qué hablar, como ocurrió con el encuentro entre el expresidente Álvaro Uribe y la polémica influenciadora de redes sociales conocida como ‘Epa Colombia’.
Tenemos absoluto conocimiento que el servicio de policía a través del tiempo y con denominaciones diferentes, interpreta una función nacida de épocas inmemorables para defensa de los ciudadanos, pues las comunidades inveteradamente rechazan toda amenaza, fuerza u organización que atente contra la tranquilidad y seguridad colectivas; por lo tanto podemos decir, sin lugar a equivocarnos, que esta institución hace parte integral de la sociedad sin distingo de nivel social, cultural o económico.
Hace ocho años el presidente Daniel Ortega copó titulares en los medios de comunicación al anunciar que la firma china del empresario Wang Jing construiría un canal interoceánico, de cuarenta mil millones de dólares, que desbancaría al de Panamá y convertiría a Nicaragua en país clave a nivel mundial.
En una época a los ejecutivos de las empresas y supongo que también a los funcionarios públicos, les llevaban unos recortes con las noticias importantes de prensa del día y los comentarios de los columnistas, para que no tuvieran que perder tiempo leyendo los periódicos. Supongo que eso ya no existe porque con los noticieros de radio y televisión y la facilidad del internet es fácil enterarse. Pero algunos funcionarios no leen y si leen no les interesa.
Cada escándalo tiende a ser peor de los que lo antecedieron, lo cual ya no es solo enfermedad crónica sino grave falla sistémica, pues los riesgos se multiplican y los medios de disuasión, supervisión y sanción parecen no funcionar. Igualmente, cada escándalo muestra la faceta de un problema, de una personalidad o del modus operandi.
Se ha armado un lío de padre y señor mío, a raíz de la decisión de la Superintendencia de Sociedades de asumir el control total de la empresa Monómeros colombo venezolanos S. A, según consta en el expediente que le abrieron, para, supuestamente, “subsanar una situación crítica” de la misma, la cual podría llevarla a la iliquidez, a la insolvencia y a la imposibilidad de “seguir desarrollando su operación normal” y según la misma “se presume que entraría a incumplir con los pagos de sus obligaciones”.