Mark Zuckerberg pasó de ser una figura baladí en la política y sociedad a convertirse en un intrépido activista y utilizar sus empresas de forma arbitraria, con el único fin de arruinar al gobierno de Donald J. Trump, que fue herido de gravedad a causa de la pandemia incesante, aunque para la economía China y para los multimillonarios como Zuckerberg les ha sido de gran beneficio. Pareciera que entre Zuckerberg y el Gobierno chino hubiese existido una clase de alianza para sacar a Trump de la Casa Blanca.
En un mundo atrapado por el consumo obsesivo de redes sociales, absorto en los contenidos, sometido a asaltos de inmediatez emocional a través de imágenes y sonidos estridentes, transmitiendo segundo a segundo noticias-espectáculo, donde cada político para poder registrar busca primero impactar, la democracia tal como la conocimos parece destinada a extinguirse
El Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes) aprobó la denominada ‘Política Nacional de para el control de la deforestación y la gestión sostenible de los bosques’, esfuerzo liderado por el Ministerio de Ambiente y el Departamento Nacional de Planeación.
Una turba WASP, una chusma blanca madura apoderada por el presidente Trump, es la escena que mejor simboliza la culminación del régimen de la “ley y orden”.
La humanidad debe ser sensata y realista, estamos ante un feroz ataque viral, un enemigo desconocido y solapado que ha irrumpido en la vida del planeta sorpresivamente, sin esperarse que resultara tan sutil y poderoso. Aunque se había advertido la aparición del coronavirus, la versión del covid-19 fue novedosa y está arrinconando al mundo.
Si en algo ha insistido la jurisprudencia constitucional, tanto la colombiana como la de otros países (España, por ejemplo), son en sostener que los derechos -inclusive los fundamentales- no son absolutos. Aplicando los principios de razonabilidad y proporcionalidad, los tribunales constitucionales han sostenido que, para establecer hasta dónde llega un derecho en un caso concreto, es necesario hacer una valoración de las circunstancias y buscar un equilibrio, considerando la existencia y posible afectación de otros derechos y del interés general.
Es lamentable para los Estados Unidos, la comunidad americana y en general para la comunidad internacional lo que ha venido sucediendo en poblaciones norteamericanas, en especial en Washington, con motivo de la pérdida en las elecciones americanas del presidente Donald Trump.
La semana pasada vimos con asombro como eliminaban la cuenta en Twitter del llamado “hombre más poderoso del mundo”. De un solo plumazo expulsaron al presidente de Estados Unidos. Esto por supuesto generó el rechazo de sus millones de seguidores y electores. Twitter es una empresa privada, y como tal tiene el derecho de expulsar a cualquier cliente o producto. Sin embargo, varios aspectos de esta discusión deberían preocupar al mundo, especialmente a quienes defendemos la libertad individual y económica.
Desde que en 1796 la primera vacuna de la historia fue descubierta por Edgard Jenner, un médico rural inglés, las vacunas, sin duda, maravillas de la ciencia, han sido recibidas por el hombre con esperanza, pero, increíblemente, también con sospecha, temor y rechazo; como está ocurriendo ahora con la vacuna del covid-19.
Estoy pidiéndole a la Real Academia que incorpore formalmente el término ‘glotofobia’.
Fue Phillipe Blanchet, en el 2014, quien tuvo el ingenio suficiente para sistematizar el concepto en el más puro ejercicio de semántica política.
Entonces, a partir de las raíces gloto (lengua) y fobia (odio), se puede hablar de la discriminación por causa del acento.
De hecho, es muy común el prejuicio basado en la entonación y la pronunciación de las palabras en asociación con las regiones y los territorios.