Técnica y efectivamente el Presidente Duque completa algo más de la mitad de su tiempo de gobierno y tiene todavía un período importante para mostrar su ímpetu y resultados; sin embargo, el calentamiento de motores de las elecciones de 2022, esta vez sin la connotación de la reelección, pareciera estrechar sus posibilidades.
Llegó el 28 de diciembre y no ocurrió, nadie salió a decir: “pásenla por inocentes”. No. El 2020 no fue una inocentada, fue el año que cambió para siempre el rumbo y la vida de toda una generación. Un virus, un microorganismo imperceptible a la vista, puso en jaque a la humanidad. Comparada con otras pandemias esta no ha sido tan devastadora, realmente. La peste negra, la viruela o la gripe española fueron aún más letales en su momento. El problema es que nos tocó a nosotros.
El sector agropecuario despierta en el 2021 bajo un panorama económico alentador para despejar su labor hacia a 200 mil productores en todo el país. La ejecución está cargo del Proyecto de Ley aprobado en el Congreso, de acuerdo con alivio planteado por el ministerio de Agricultura.
Sin el menor temor a equivocarnos podemos afirmar que el año que está por terminar transcurrió prácticamente en blanco para la inmensa mayoría de los mortales. Desde febrero hasta el presente, poco o nada hemos podido avanzar en nuestra vida personal y profesional y no se diga en lo social. Ha sido una categórica negativa de que somos sociales por naturaleza.
Colombia es un país de eufemismos, desde hace mucho tiempo nos hemos acostumbrado a utilizarlos para suavizar el contenido de lo que decimos. Esto pasa en todas las esferas de la sociedad, pero quienes más se han aprovechado de ellos son los políticos y quienes detentan el poder. El presidente Iván Duque no ha sido ajeno a está practica, se ha valido de la misma para suavizar o acrecentar hechos, así como sucedió cuando decidió llamar homicidio colectivo a la masacre ocurrida en Samaniego.
¿Alguien más recuerda las andanadas de Hugo Chávez contra la burguesía? Junto a los “pitiyanquis”, los burgueses eran el principal objetivo retórico del mandamás mientras arrastraba a Venezuela hacia el abismo.
Muchos pensamos que la acción generadora de beneficio público sólo deben hacerla nuestros gobernantes, lo cual es falso.
En ese contexto aparecen las organizaciones de la sociedad civil que se dedican a aportar, estimular y ejecutar ideas en beneficio de las personas.
…creemos algo con fe viva cuando esa creencia nos basta para vivir, y creemos algo con fe muerta, con fe inerte, cuando, sin haberla abandonado, estando en ella todavía, no actúa eficazmente en nuestra vida. La arrastramos inválida a nuestra espalda, forma aún parte de nosotros, pero yaciendo inactiva en el desván de nuestra alma (Ortega y Gasset, Historia como sistema, p.17).
Cada año, la Real Academia Española, gracias a la conexión continua con las Academias de la Lengua Española, tanto de Hispanoamérica, como la norteamericana, la filipina y la guineoecuatorial, recoge en sus Comisiones de Lingüística nuevas palabras para enriquecer, oficialmente, el vocabulario castellano.
Cuando esta columna llegue a sus lectores ya habrá pasado la noche de Navidad y estaremos en los últimos días del año, propicios para el balance objetivo y los propósitos realistas.