El mundo ha sido testigo de cómo, en distintas latitudes, se ha venido creando una corriente que pretende revisar la historia, no para recordarla y aprender de ella, sino para narrarla de manera diferente y muchas veces para tergiversarla.
La muerte del guerrillero Uriel, a manos de las fuerzas de seguridad e inteligencia del Estado, suscita varias reflexiones:
Siempre es más lo que ignoramos que lo que sabemos. La vida es un continuo proceso pedagógico: mientras aprendemos que todos los seres humanos en realidad somos uno, seguiremos juzgando y condenando el error ajeno. De paso, el nuestro.
El pasado domingo, tres de cada cuatro chilenos clamaron por el cambio constitucional. A diferencia de otros pagos latinoamericanos, en la tierra de O’Higgins el proceso electoral es sagrado y los resultados se respetan. Por eso podemos advertir que, en menos de dos años, los chilenos contarán con una nueva Carta Política.
El “triunfo”, reciente, de haber eliminado a un líder de los elenos, nos muestra el horror que vive Colombia. Como estos no entregaron las armas antes de empezar a negociar la paz, la respuesta oficial fue la muerte de jóvenes de ambos lados: el Gobierno no ponderó que un solo muerto en una guerra fratricida (de cualquier lado) es sangre derramada de un hermano; no entendió que nadie pelea pensando que está equivocado: desconoce las diferencias entre pobres y ricos que “clama al Cielo”.
En una forma u otra, el derecho nos envuelve por todas partes. Si uno no se mete con el derecho, el derecho se mete con uno. En el derecho vivimos, nos movemos y somos. Todo el impulso de protesta todo el afán de justicia, que muchas veces lleva a los peores desmanes y a las más sangrientas conmociones sociales, se calma y se torna en serena quietud, cuándo se convierte en derecho.
El país entró en la recta definitiva de la inversión estatal, planteada por el Gobierno Nacional, ante el paso vertiginoso del 2020 en su final y, el asomo de los dos últimos años de su periodo gubernamental.
Se avecina la convención programática del Partido Conservador, en ella habremos de demostrar el verdadero color del ambiente, habremos de programar, como siempre lo ha hecho el partido, el futuro ambiental de nuestro país.
Sorprende la mirada al pasado de los comentaristas sobre la elección presidencial en los Estados Unidos, cuando es hoy evidente que los equilibrios de poder se están modificando para dar paso a un nuevo orden mundial.
Los referendos, plebiscitos y los procesos constituyentes sirven para reformular los acuerdos, para buscar puntos de unión. Los mecanismos de participación ciudadana son antes que nada oportunidades democráticas para que en momentos de gran polarización y dificultades políticas se discutan temas importantes. Y sea la propia ciudadanía la que tome decisiones, y sea la propia ciudadanía la que defina.