El mundo comienza a salir de la cuarentena obligatoria. Cautelosamente, los países están escalando la apertura de todos los espacios que han permanecido cerrados. Esto para permitir la indispensable reactivación de la economía, prácticamente, paralizada desde el comienzo de la pandemia, hace meses.
La situación carcelaria en Bogotá no puede ser más caótica. Definitivamente el tema se salió de madre y lo más grave reside en la falta de compromiso o decisión política para enfrentar esta catástrofe, que no es de hoy, pues es el resultado de muchos años en abandono de una problemática que se veía venir y no le pusimos la atención debida.
La vía artificial entre el Pacífico y el Atlántico sufre desde finales de 2019 una de sus peores crisis, el mecanismo de esclusas que permite el paso de los barcos de un lado a otro se queda sin agua.
A lo largo de estos dos meses se han ido acumulando noticias que, aunque merezcan comentarios, se los ha comido el coronavirus. Voy a mencionar algunas:
El 12 de marzo el Gobierno declara la emergencia sanitaria por causa del coronavirus Covid-19 en toda Colombia y entonces los recién elegidos a las alcaldías y corporaciones públicas se ven no sólo presionados por ejecutar y acompañar las urgentes medidas hacia la salud, la vida y la integridad en las ciudades, sino también cómo hacer para el debate y la aprobación de los Planes de Desarrollo para los próximos cuatro años.
Uno de los capítulos más estresantes del manejo intermitente de la pandemia (“semáforo en verde, semáforo en rojo”) será el retorno a las clases presenciales en las universidades.
Sobre todo, en ciertas universidades privadas.
El sector eléctrico colombiano, cuya matriz depende en un porcentaje del 67.8% de la generación hídrica, ello lo torna muy vulnerable ante las inclemencias del tiempo. Pues bien, a consecuencia de la variabilidad climática, en los últimos 6 meses se han registrado, según el Ideam, muy bajas precipitaciones, por debajo de los promedios históricos.
Flaco servicio hacen a la fuerza pública y a su merecido reconocimiento por los colombianos los promotores del voto para sus miembros activos, como tremendo agravio le infligen los que presuntamente pretenden deshonrar su labor al querer utilizarla en oscuras misiones inspiradas en rencillas ideológicas que desnaturalizan su sagrado papel en la democracia.
La cuarentena tiene costos, para unos más altos que para otros. Si bien era una medida necesaria para evitar una mayor propagación del virus, una cuarentena prolongada se hace insostenible, y sus costos -que no solo son económicos-, pueden resultar más altos que los del propio virus.
Un Lamborghini, los excesos de gastos y un incremento patrimonial exagerado, fueron las pistas que siguió la fiscalía para meter en la cárcel a la familia Ambuila. El jefe del hogar, Omar Ambuila, trabajaba en la Dian con un sueldo de seis millones de pesos, pero con la ventaja de estar en el puerto de Buenaventura, por donde entra de todo al país, y sale también.