En este prekínder existencial que es el mundo, todos somos coaprendientes. Somos maestros mutuos, que nos acompañamos para descifrar los misterios de la vida.
El doctor David Kats, director del Centro Epidemiológico de la Universidad de Yale, acaba de dar a conocer un estudio según el cual se estima que solo en el estado de Nueva York ya hay cuatro millones de personas con anticuerpos del Covid-19 o coronavirus. Oficialmente hay 337.000 casos en dicho estado, lo que significa un sobre registro once veces mayor de los cálculos iniciales.
Hace algunos años se decía que “el estudiante es novio de la revolución y después se casa con la burguesía”, y esto sigue siendo cierto: el joven es valiente, soñador, enamorado (a ciegas). Pero, a su vez es iluso, solidario fuera de su grupo (este último le da seguridad), osado, temerario, imprudente…no lee más que correos de celular, no reconoce una verdad diferente a la opinión personal, sus intereses son la causa del grupo. Ve la libertad como derechos sin límites.
El país entra en proceso definitivo para dar señal productiva y laboral a un proyecto ordenado, del que se espera que, la denominación de Reforma Económica no tenga connotación de carga tributaria.
"La bolsa o la vida," expresión de los asaltantes hace algunos años para intimidar a sus víctimas y quedarse con el dinero, semejante a la disyuntiva actual frente al Covid-19, entre lo económico y la cuarentena.
Determinación que se suponía resuelta a favor de la vida, pues lo económico habrá forma de recuperarse.
El primer cuento que escribí jamás se llamó “La Tienda de mis Abuelos”, un thriller infantil de veinte líneas temblorosas sobre cómo mi nono Aníbal y mi nona Cleofe atrapaban a un ladrón, que irrumpía furtivamente de noche en su tienda, con una red (como todos saben que se atrapan los ladrones en San Gil).
El Covid-19 es un enemigo implacable que dirige sus ataques hacia los sectores de población más vulnerables Hoy apunta a los reclusos, en medio de la crisis mayúscula del sistema carcelario, que arrastra los efectos del desgreño en resolverla. El hacinamiento es terreno abonado para el desastre, a pesar de ser calificado desde el 2013 como un estado de cosas inconstitucional por la Corte Constitucional. Su crónica irresolución cobra vidas indefensas en las cárceles colombianas.
El ministerio de Salud calcula que la tasa de contagio está cercana a 1,2 personas. Según las estimaciones del Instituto Nacional de Salud, INS, para el 4 de agosto deberíamos tener 17.854 camas de hospitalización, 8.927 de cuidados intermedios y 8.927 de cuidados intensivos, asumiendo que el 80% son asintomáticos. El Ministerio estima que tendremos esa capacidad instalada.
Ha sorprendido positivamente la capacidad de reacción del Gobierno nacional para enfrentar la crisis que ha generado la pandemia del Covid-19, ante todo en el ámbito económico y social, porque las medidas que se han adoptado desde el punto de vista de la salud son las que han sido recomendadas por infectólogos y epidemiólogos reconocidos y que guardan similitud con las que se han expedido por los demás países del mundo, especialmente aquellos en los que el nivel del contagio comenzó a crecer primero.
“El humano se adapta, se acostumbra y el Estado celebra que esto sea así”
Dice el escritor colombiano Jorge González Moore: “La ficción más lamentable es el Estado. El Estado es la construcción social por antonomasia”.