Otros 20 días de cuarentena y no se sabe cuántos más. Dura noticia, para quienes se encuentran merodeando por el mundo, arrimados a familiares y amigos, ¨gorreando¨ alojamiento en caritativos hoteles o albergues, agazapados en los corredores de aeropuertos o mezclados con gentes posiblemente infectadas con Covid-19.
El pasado lunes amanecimos con la idea proveniente de una serie de reflexiones inteligentes del Ejecutivo, sobre mutar hacía un “confinamiento inteligente”, lo que nos llevó a pensar que se podría levantar la medida del “aislamiento preventivo obligatorio”, pero en forma inteligente y controlada con el propósito loable de cuidarnos de virus, combatirlo sin duda, pero con cierta apertura para poder prevenir la otra pandemia que se avecina que es la de la hambruna por tener la economía en “modo avión”.
Todos nos sentimos en estos tiempos de pandemia como barcos frágiles y a la deriva, a merced de la tempestad, impotente y asustada. Esta descripción de la tormenta en el lago de Tiberiades, que hace San Mateo, dibuja la situación de la humanidad. Vivimos el pánico a la muerte que asaltó a los discípulos, expuestos al vaivén caprichoso y amenazante de las aguas. Entretanto, Jesús dormía.
La pandemia del Covid-19 nos enfrenta a unos desafíos sociales, empresariales y económicos muy profundos. Sin embargo, si bien la ayuda humanitaria es fundamental en estos momentos y celebramos los esfuerzos por dar transferencias de efectivo y otras ayudas a los más vulnerables. Infortunadamente no vemos que se esté haciendo lo suficiente por las empresas, indispensables para garantizar empleos y así mismo los ingresos de las familias colombianas.
DESDE el encierro que marca horas cansadas y largas, cada nuevo día se pone a prueba nuestro coraje y valentía.
Serán dos semanas más en casa, pero luego, pueden venir nuevos aislamientos selectivos y sectoriales.
El mundo vive una auténtica emergencia sanitaria debido a la aparición de un nuevo coronavirus Covid-19, infección zoonótica que se originó en el mercado de vida silvestre en Wuhan- China y científicamente hay razones para sostener que los huéspedes y por tanto los responsables de transferirlo a los humanos, hayan sido murciélagos o pangolines.
“Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia”. Pedro o Cefas quizás el más imperfecto de los apóstoles, negó a Jesús, dudaba, se escondió y quizás muchas faltas humanas tuvieron. Fue el primer Papa y de ahí en adelante han existido 266 pontífices.
Como lo hemos expresado, el Presidente de la República hizo bien en acudir a las facultades de excepción consagradas en el artículo 215 de la Carta Política. Era lo que indicaba la razón, si se tiene en cuenta la enorme gravedad de la amenaza que representa la rápida expansión del virus Covid-19 para la salud y la vida de millones de personas en nuestro territorio.
Entristece, por decir lo menos, ver o escuchar a algunos personajes que han sido o son importantes en la vida política del país, tratando de tomar protagonismo en unos y otros campos, aprovechando de manera inaudita la pandemia que estamos padeciendo no sólo en Colombia sino en el mundo entero.
En el comentario anterior, “Angustia existencial”, sostuve una tesis que suscitó algunos interrogantes. ¿Por qué -preguntan los lectores- sostengo que “no admitir que se está condenado y con mayor peligro por los policías”?