Mientras la mayoría de las naciones luchan desesperadamente por detener la contaminación del coronavirus y, con ello, aminorar las pérdidas de vida entre sus ciudadanos, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente de México, y Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, parecen estar empeñados en jugar a la “ruleta rusa” con la salud de sus pueblos, negando repetidamente el peligro mortal que dicho virus significa.
Son muchos, por no decir demasiados, los conceptos que sobre el Covid-19 se han planteado en el país, trayendo un sinnúmero de debates, todos supremamente importantes y aportadores al tema, llegando con ello a la conclusión que el arma más indicada y efectiva para combatir el esparcimiento el virus es el recogimiento hogareño, recurso que se ha buscado dinamizar hacia la colectividad por los diferentes niveles de autoridad, sin olvidar los inconvenientes de índole social, económico y cultural que dificultan lograr
El novelista francés Honorato de Balzac creó, en su monumental obra de “La Comedia Humana,” al doctor Horacio Blanchon, inspirado en un reconocido galeno de la época. Cuando Balzac agonizaba, en 1850, entró a su alcoba el medico de turno a quien preguntó: ¿Cómo estoy? Sin esperar la respuesta dijo, “llamen a Blanchon, él me salvará.” En su imaginación el personaje se volvió real.
Esta Semana Santa, cuando conmemoramos la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, nuestro Dios y Salvador, va a ser muy extraña: las iglesias estarán cerradas y los católicos tendremos que contentarnos con ver las ceremonias por televisión. Yo no he sido muy de procesiones. Alguna vez estuve en la Semana Santa en Sevilla, pero, por la multitud, no recuerdo haber podido entrar a ninguna iglesia a una ceremonia. Y no he sido muy amigo de sentarme al lado de una piscina a descansar.
En la pasada columna Nos visita el Cisne Negro, recogía la teoría de Nassim Nicholas Taleb y así definía, por hecho, el Covid-19 como un evento absolutamente atípico, imposible de prever, de altísimo impacto socioeconómico y que después de un primer registro puede ponerse en retrospectiva como si pudiera ser esperado, en aras de las tres características de esta metáfora para “construir robustez frente las actitudes negativas”, como él lo sugiere.
El presidente de Filipinas anunció que ordenaría “tirar a matar” a las personas que “generen problemas” por desconocer la orden de confinamiento adoptada por su Gobierno. Pero Duterte no es el único dirigente que ve la muerte de sus conciudadanos como una opción en estas circunstancias.
La sociedad de consumo, el desarrollo tecnológico, la necesidad de competir y de alcanzar altos índices de eficiencia, la emulación y el deseo de superar al otro, la ambición y la codicia; la riqueza, el poder y la fama, han llevado al ser humano a asumir conductas arrogantes, egoístas, provocadoras y agresivas, contrarias a la tolerancia, la solidaridad y la comprensión.
Si algo caracteriza a los precios del petróleo es su volatilidad y está determinada por los fundamentales del mercado y/o por las viceversas de la geopolítica. Según la AIE, se preveía que, a consecuencia del enfriamiento de la economía global, atribuible a la guerra comercial que Trump le había declarado al resto del mundo, la demanda de petróleo en el 2020 se reduciría, por primera vez desde 2009, aproximadamente en 90.000 barriles/día.
El editor Pablo Amadeo ha tenido la feliz idea de hacer una sopa.
Reunió a un grupo de 17 ensayistas que han reflexionado sobre el coronavirus durante el último mes y publicó un libro titulado “Sopa de Wuhan”.
“Crisis nos exige a cada cual hacer lo correcto”
La ética se está poniendo de moda. En la crisis de la pandemia mundial del coronavirus, la única manera de salvar vidas es que cada persona sea consciente del impacto (positivo y negativo) que tiene su acción individual sobre el colectivo.