POCAS veces se había visto en Colombia un desastre tan grande como el que le ocurrió al Llano. A una carretera a la que se le han invertido millonadas se le esfumaron varios tramos, de la noche a la mañana. Para muchos se trató de garrafales errores de ingeniería. Para otros hubo ligereza en consecutivas adjudicaciones, mientras el resto exige que se diga toda la verdad en torno a los orígenes de la hecatombe.
Y si hay algo que nunca lo abandona a uno en la vida es y será la música. Al menos esa es mi experiencia personal. Y como lo decía Gustavo Cerati, quien tal vez después de Carlos Gardel es el músico más importante que ha dado Argentina y Latinoamérica: “las experiencias son intransferibles”.
Uno de los temas que pocas veces abordamos los mayores, quizás por falta de tiempo y por el ritmo intenso y agobiante del trabajo, dejando de lado lo más importante misión de una familia como es conocer y moldear adecuadamente la forma de pensar de nuestros hijos.
Se acaba de pronunciar el Consejo Superior de Política Criminal apoyando por mayoría, la pena de cadena perpetua para violadores de menores de edad, no obstante que en el pasado había dado opinión contraria. La Ministra de Justicia explicó en una cadena radial que el cambio obedece a que se introdujo la posibilidad futura de revisar la condena, la consulta obligatoria de la misma y las circunstancias actuales donde ha aumentado la criminalidad, entre otras razones.
Con gran esfuerzo el país logró enterrar la violencia electoral. Aprendimos a votar en paz. Pero cuando empezábamos a enorgullecernos de tener una democracia en donde las votaciones transcurrían en absoluta calma, entramos en plena recaída. Cada uno de los candidatos asesinados en estos días de campaña, es una herida profunda que desgarra nuestro sistema institucional.
INEXORABLEMENTE el estado de violencia e inseguridad que sufre el país terminará pasando factura a la economía.
Nos estamos matando entre sí. Crueldad de criminales contra líderes sociales, comunales, gestores de paz y candidatos, da escalofríos.
Escuchando a Julio Jaramillo, con su guitarra de fondo, Quindío corazón mío, Armenia corazón de quién. La situación política de Armenia es muy similar a la de Bogotá.
Ahora que Gobierno Nacional y sectores privados de industria, comercio y servicios alientan el impulsar Emprendimiento y Economía Naranja, salen a flote esfuerzos productivos de otras generaciones de mediados del Siglo XX.
Fui invitado a escuchar una conferencia de dos estudiosos activistas defensores de la vida y la familia: el colombiano Samuel Ángel, abogado y el politólogo argentino Agustín Lage, luchadores por esa causa, argumentándose mediante estudios e información histórica analizada juiciosamente.
Al tenor del artículo 20 de la Constitución de 1991 “se garantiza a toda persona la libertad de difundir su pensamiento y opiniones”. La misma norma declara que “no habrá censura”. Pero la norma habla también de la responsabilidad de los medios y del derecho a la rectificación, a la vez que los artículos 15 y 21 de la misma Carta consagran los derechos -también fundamentales- a la intimidad personal y familiar, a la honra y al buen nombre.