Para algunos a la paz le llegó su 9 de abril y manifestaron alborozo. Pero la sensatez de la mayoría hizo reflexionar a una Colombia que apenas empieza a usufructuar la convivencia.
La paz no es débil, no desfallece ante la menor dificultad. Se impone contra viento y marea y soporta los zarpazos de quienes quieren volverla trizas.