Tanto Fidel Castro como Hugo Chávez o cualquier líder de izquierda que se respete, comunista diría yo, están convencidos en su lógica de pensar que lo que ellos hacen no es para mal sino para el bien del pueblo. Para el bien de la revolución.

A los grandes personajes de la historia se les hacen reconocimientos públicos por sus aportes a la humanidad, a otros se les condena enviándolos al registro oscuro de la historia, como ha sido el caso de Hitler, Saddam Hussein, Stalin, Al Capone o Pablo Escobar, por solo citar algunos que el mundo actual recuerda. Pero existen otros que la gente ignora y más bien los tienen como adalides del progreso y ayuda a la humanidad.

Ha vencido el término del que gozaba el Presidente de la República, según el Acto Legislativo 1 de 2016, para expedir decretos con fuerza de ley con miras a la implementación de los acuerdos de paz. Por ello, el Jefe del Estado acaba de expedir -a la carrera-  más de treinta decretos leyes.

Recordemos el texto de la norma habilitante:

“ARTÍCULO 2o. La Constitución Política tendrá un nuevo artículo transitorio, el cual quedará así:

Estamos en Colombia viviendo un momento muy preocupante de nuestra economía como lo evidencian la mayoría de los indicadores y en particular la tendencia del consumo de los hogares. En las últimas semanas he tenido la oportunidad de conversar con varios empresarios del sector consumo y podría afirmar que entre un 80% y 90% de los empresarios manifiestan que no cumplieron sus metas del primer trimestre del año y que califican el desempeño de la economía como regular o malo.

La percepción de que el desgastado gobierno de Juan Manuel Santos se ha vuelto inoperante, se acrecienta día a día. Así lo señala la ciudadanía, lo califican las encuestas y lo atestiguan las enfurecidas protestas en las regiones más pobres y abandonadas de Colombia.

El maestro Guillermo Valencia, en Anarkos, (1897) describe la humilde y triste vida del mejor y frustrado amigo del hombre, pues no es éste su leal y recíproco compañero. Una parábola del anarquismo de la época.

En la semana antepasada, el  viernes 19 para ser más exacto,  me cupo el honor de asistir  a la clausura del curso para ascenso a Tenientes Coroneles de la Reserva Policial, de aquel primer grupo  de ciudadanos  profesionales que hace 15 años la Policía Nacional invito a vincularse con la institución, haciendo parte   del primer curso de oficiales de la reserva policial. Que satisfacción y agrado experimente al concurrir a tan magno evento, gran alborozo produce un reencuentro tan fraterno.

La reunión  en Bruselas de la  Organización del Tratado del Atlántico Norte -alianza militar intergubernamental de defensa colectiva creada en 1949 para  oponerse al comunismo-,  con asistencia de jefes de Estado y de Gobierno, aprovechando la   inauguración de la nueva sede, resultó un desastre.

Al momento de escribir estas líneas aún no se conoce el contenido de la ley de tierras. Santos dictará un decreto-ley con base en una ley “habilitante”-como las venezolanas- para hacer una reforma agraria. El tema agrario ha sido siempre debatido y nadie se atrevió a adoptarlo por decreto. Pero ahora incluso se está evitando enviarlo al Congreso ya que, gracias a la Corte, aún por fast track  puede ser debatido y eso no se quiere.

El derrumbe de los precios del petróleo no sólo se ha traducido en la caída de la producción sino que también se ha traducido en una menor afluencia de capitales al país con destino al sector de los hidrocarburos y en el menor apetito por invertir en Colombia, que pierde competitividad relativa frente a otros países que lucen más atractivos. Lo acaecido en los últimos dos años es dramático, toda vez que para el año 2015 Colombia, según la CEPAL, registró la peor caída de la IED en LA con el 26%, casi el doble del promedio en la región que fue del 14%.