Cualquier argumento relacionado con la decisión de la Corte sobre el fast track no será más que un eufemismo para las Farc, tan aferradas como están a su visión apocalíptica de la cuestión y del escenario político que se avecina.
Temerosas de que algunos sectores parlamentarios incurran en una versión criolla de filibusterismo, de poco han servido las aclaraciones del propio Gobierno acerca de la inmutabilidad de los acuerdos o el pacto de sangre que las liga a la coalición oficialista en siamesa sincronización con el Eln.