Todos queremos un acuerdo ya, pero me parece que los del Sí están confundidos sobre a quién deben presionar. Hoy los del Sí consideran que los culpables de que no haya un buen acuerdo son los del No. La estrategia se circunscribe entonces a presionar a los del No, culparlos y prácticamente exigirles que se sometan a los acuerdos ya firmados.
Llama la atención la coincidencia general que todos los líderes que el Gobierno ha legitimado como impulsores del “No” a los acuerdos de La Habana encuentran sobre el rechazo a varios de los componentes de justicia que éstos contienen. Tratemos de encontrar cuáles son las razones y los motivos que los acompañan.
El empobrecimiento de gentes del campo colombiano podría ser la principal deuda social del Estado con la sociedad.
Una vergüenza la situación de familias que habitan zonas rurales.
Pocas acciones para poner a flote la producción agropecuaria y reivindicar a sus trabajadores.
Desde comodidad de cargos en ciudades, líderes, políticos y gobernantes es poco lo que hacen para levantar el ánimo de nuestra empobrecida agricultura.
Mitad de propiedades rurales no están legalizadas. Quiere decir que es tierra de nadie.
Pregunta: ¿Los colombianos si tendrán la dimensión sobre la ingobernabilidad en que se encuentra JMS para el tiempo que le queda como Presidente?
Porque al ver la feroz reacción del establecimiento mamerto con respecto al resultado final del plebiscito donde pretenden desconocer la voluntad popular me pregunto si quienes votamos No, tendremos que pasar a la Resistencia Civil.
Un claro ejemplo de la ingobernabilidad de JMS se aprecia en las maniobras que hace el Ministro Cárdenas para que le aprueben a pupitrazo limpio la reforma tributaria estructural.
El lente objetivo de periodistas extranjeros en La Habana dispuestos a cubrir el que puede considerarse como paso definitivo para consolidar la paz revela, a título imparcial, lejos de intereses de grupo, un hálito de confianza y optimismo alrededor del Acuerdo Nacional. Lo expresa reportero hispano-gringo, en diálogo telefónico con este columnista.
En su prepotencia el hombre se adjudica el papel principal en el hogar común llamado tierra. Sí, el lugar que todos habitamos, el que Dios dispuso para que desarrolláramos nuestra labor de aprendizaje, experiencia y donación. Pero sucede que dentro del reino animal, donde se encuentra el hombre, existen miles de creaturas de diversas especies que cumplen una labor fundamental para el equilibrio biodiverso del planeta: los animales, estos que conforman una altísima gama de variedad y oficio.
Comparto en este espacio las razones para una “Pedagogía para la Paz”, propuestas por el Colectivo Educación para la Paz:
Durante los días posteriores al plebiscito se han celebrado reuniones entre el Gobierno y los voceros que dicen representar e interpretar el voto negativo a la refrendación de los acuerdos de La Habana. En estas reuniones debe quedar claro que su propósito no es lograr un acuerdo entre el Gobierno y los voceros del No, ya que el acuerdo que se debe lograr no es con los voceros del No, sino con los voceros de la guerrilla de las FARC. Claro está que el Gobierno ha recibido un mandato popular de revisar y ajustar el acuerdo ya logrado y para ello debe interpretar adecuadamente el clamor del
Bob Dylan, el canta-autor que coloreó mi adolescencia con sus canciones protesta contra la guerra de Vietnam, el armamentismo, la guerra fría, la soledad de esa era; quien compuso, en la década de los 60 y 70, las canciones que coreábamos emocionados en las discotecas y que se oían como un himno en las manifestaciones hippies, entre el humo perfumado del cannabis y el de las rosas marchitas engarzadas al cabello de los jóvenes, ha sido declarado Nobel de literatura y formará ahora parte del establecimiento. ¡Increible!
La revolución de los comuneros es un episodio que pasa desapercibido para muchos, no obstante, al examinarlo con criterio de filosofía histórica, su lección es trascendental. Fue la guerra entre España e Inglaterra la causa que determinó el aumento tributario y esa exacción injusta motivo la protesta de las oligarquías que apelaron a la insurgencia de los pueblos de Mogotes, Barichara, Charalá y Socorro, gentes humildes manipuladas, que siguieron el ejemplo de lo sucedido en Quito (1740).