No, no voy a escribir del funeral de Isabel II, ni del rey emérito, ni de la situación escandalosa de nuestra Justicia, ni de la cada vez más preocupante crisis económica. Hoy escribo sobre una mujer de la que ustedes a lo mejor ni siquiera han escuchado su nombre.
Funerales de Estado y al tiempo religiosos en la disputada cuna del parlamentarismo (lo siento, pero la marca es de León, según la Unesco). Extraño pastel ("British Pie") el de la ceremonia del lunes en el espacio cívico-religioso de Westminster.
El presidente Gustavo Petro viajó a Nueva York para participar, a nombre de Colombia en la Asamblea General de las Naciones Unidas, es decir, en ejercicio de sus funciones como jefe de Estado. Designó como ministra delegataria a la ministra de Trabajo, Dra. Gloria Inés Ramírez Ríos.
Con esa tendencia tan colombiana a pensar mal sin confirmar nada, algunos mostraron su extrañeza por el hecho de que el presidente no hubiera dejado encargada de la presidencia a la vicepresidenta Francia Márquez.
Para hablar del escuadrón móvil antidisturbios es necesario hacer un poco de historia, pues este recurso utilizado para encausar los disturbios ciudadanos, aparece unido al devenir profesional del policía, que se ha desarrollado de acuerdo a las necesidades y cambios en el comportamiento ciudadano.
En la historia encontramos impuestos raros que incluimos en medio de la discusión sobre reforma tributaria en Colombia.
El gravamen del uno por ciento del patrimonio, decretado por Augusto, que penaba la soltería en Roma.
Como si se hubieran puesto de acuerdo, el socialista PSOE y el conservador Partido Popular (PP) han celebrado cónclaves de "barones" para preparar estrategias de cara a los próximos comicios autonómicos y municipales. Bajo los rimbombantes eslóganes de "a la altura de un gran país" el PP o "el Gobierno de la gente" el PSOE, en el fondo lo que se va a coordinar es el argumento que servirá de base a sus campañas.
En esta nueva legislatura el pueblo colombiano tendrá la oportunidad de admirar un Congreso renovado ideológicamente.
En poco tiempo y durante la pandemia millones de personas de todo el mundo dejaron sus puestos de trabajo.
Desde el comienzo se sabía que la campaña populista de Petro no podría cumplir todas sus promesas. Al posesionarse él y sus funcionarios fueron planteando sus ideas originales sin análisis previo y sin consideraciones políticas serias.
Los dictadores de Rusia y China, Putin y Xi Jinping, se han puesto de acuerdo para definir las bases o los pilares de lo que ellos consideran debe ser el nuevo orden mundial que, argumentan, de seguridad a sus naciones. Putin se ha empeñado en restaurar la grandeza de época zarista y hacerlo para que la Unión Europea y los Estados Unidos tengan que reconocer esta realidad. Xi, por su parte, se considera heredero directo de Mao y ha logrado imponer un "capitalismo comunista", para así poder explotar al máximo los extensos recursos del país.