La seguridad alimentaria consta de tres elementos esenciales: el primero es la disponibilidad de los alimentos, el segundo el acceso a los mismos y tercero la estabilidad o sustentabilidad, entendida ésta como la garantía del primero y el segundo a lo largo del tiempo, que no sea intermitente.
Hemos de reconocer que, vivir por sí mismo, siempre ha sido un gran reto. Todo parte del corazón que pongamos. Descubrirlo no es fácil. Hay que poner voluntad en el anhelo, para poder conjugar lo viviente, y así luego poder compartirlo. Nada es porque sí. Hemos de aprovechar los instantes porque aquí estamos para un tiempo concreto asignado, que ha de llevarnos a una reconciliación mística con lo que nos rodea. Fuera divisiones, por consiguiente. Todo se solventa en unión y en unidad.
Gobernadores y alcaldes le están pidiendo al gobierno redireccionar su programa de “Paz Total”. El gobernador de Caquetá afirmó que volvimos a la violencia de hace 30 años, y la MOE reporta que este último año ha sido el más violento desde que tienen registros. Los ceses al fuego fracasaron y la nueva política de drogas del gobierno tiene a los grupos armados más fuertes. Con poblaciones sometidas, candidatos amenazados y cultivos de coca en máximos históricos, el país entró a un nuevo ciclo de violencia.
Me causó curiosidad que un redactor de un conocido medio, inadvertidamente, rematara su artículo sobre los dos policías asesinados en El Zulia, presuntamente por el Eln, recordando a sus lectores que el cese al fuego, acordado a partir del 3 de agosto, cumplirá su primera etapa, “siempre y cuando no surjan contratiempos”.
Ahora resulta que el mundo de la tecnología se volvió mediático. En menos de ocho días, Twitter se volvió más importante que la guerra de Ucrania, Meta se transformó en un fotocopiador serial y, para completar, ya nadie se acuerda de los peligros de Tiktok. Vivimos, eso sí, un mundo algo más que distópico.
El dictador tropical Nicolás Maduro tuvo que dar fin a su moneda inservible conocida ya hace algún tiempo como el “Petro”, con la que planteaba un innovador sistema de intercambio económico y por supuesto un sustento ficticio a la economía venezolana cimentada en el petróleo. La moneda de Maduro fue un fiasco, tal vez solo sirvió para lavar el dinero del narcotráfico, que es el verdadero sustento de su economía fantasma, llena de desigualdades y de sangre.
Hoy lunes 10 de julio, recibo el honroso título de miembro de número de la Academia Colombiana de la Lengua y, la asignación de la silla correspondiente a la letra “U”, lo que además lleva consigo la inclusión como Individuo Correspondiente Hispanoamericano de la Real Academia Española de la Lengua.
HABLAR de La risa cura, es el intento a hacer una pausa que alienta el ánimo, ente el desconcierto diario por las noticias sobre cómo se ha enrarecido el entorno donde vivimos, tanto en lo político como en la percepción y realidad de una triste vuelta a la Colombia que teme por la defensa y protección de la vida ante el recrudecimiento de la violencia, de actos extorsivos de una guerrilla que se sienta en la mesa de la paz total y de una inseguridad circundante en todas las ciudades y regiones.
Hace algunos años, en un almuerzo que ofreció el expresidente ecuatoriano Rafael Correa a las comisiones negociadoras con el Eln que nos encontrábamos en Quito, le hice la siguiente pregunta al mandatario:
Es bien conocida mi obsesión con el tema de la financiación de la vida política. En las últimas semanas hemos quedado expuestos al conocimiento de la violación del marco jurídico que la regula, el de la campaña del presidente Petro de 2022 y la de 2014 la reelección de Juan Manuel Santos desafiada por Oscar Iván Zuluaga. Y me cuesta mucho trabajo guardar silencio al respecto. Es que se trata del gobierno y de la oposición.