Dos fenómenos impactan la vigencia de la democracia en el mundo. La reacción social contra las medidas sanitarias para prevenir el covid-19 y el incremento de la delincuencia en las ciudades.
En ambos casos, se coloca en peligro la estabilidad social y se lesionan las garantías individuales, afectándose la legitimidad pública, por hechos que provocan miedo y disociación.