Muy a pesar del Grupo de Lima, pasado mañana, Nicolás Maduro seguirá siendo el conductor del régimen bolivariano.
Y seguirá siéndolo porque, a pesar de todo el sufrimiento infligido a la población, ha sabido seguir fielmente el libreto sugerido desde los años 60 por la revolución cubana: “estar ahí; quedarse ahí”.
Manipulando, negociando y oprimiendo, el régimen también ha sido maestro en el difícil arte de leer la realidad en que se inscribe.