Más de once millones de colombianos demostraron que existe un país nuevo, capaz de darle un giro a una nación gangrenada por la corrupción, el despilfarro y la violación de todos los cánones de decencia y rectitud.
Nos encontramos con un Gobierno que apenas comienza, por un periodo de cuatro años afortunadamente. Pueden ser cortos para un buen gobernante, pero interminables cuando estamos frente a mal régimen. Por ello es bienvenido este nuevo comienzo que llena de esperanzas y entusiasmo a todo un país, con un equipo nuevo, deseoso de trabajar por el bienestar de los colombianos.
Históricamente Colombia se desarrolla sobre los temas que los presidentes colocan como promesa básica. Desde los últimos cuarenta años estas promesas se quedaron en campaña, veámoslo así:
A siete días del primer mes del Gobierno Duque, no puede exigirse que estén los motores prendidos, porque está armando equipo. Sin embargo, elevar la canasta familiar, es calibrar temperatura económica para los próximos cuatro años.
En medio de la tristeza, vergüenza e indignación que experimentan millones de católicos en el mundo, al quedar expuesta a plena luz de los reflectores mediáticos la miseria humana que encierra el pecado cometido por sacerdotes pederastas, resuena con plena vigencia la petición del Papa Francisco, repetida desde los primeros minutos de su pontificado: "Oren por mi". Una súplica insistente que presagiaba las tormentas en las que está inmerso.
Para comentar que en Colombia hace carrera que Álvaro Uribe Vélez es el enemigo público No.1 para todo el sector de la izquierda carnívora que desea verlo en la cárcel, como bien lo comentó el señor Petro Gustavo esta semana en el programa de la Vicky Dávila cuando dijo: “El señor Uribe debería estar en la cárcel”.
LA confianza de los hogares se está deteriorando nuevamente por el anuncio del Gobierno de pasarle otra reforma tributaria a la canasta familiar.
Consumidores sienten incertidumbre ante la propuesta de rebajar carga impositiva a empresarios y al mismo tiempo poner a tributar más fuerte a quienes menos tienen.
Aunque el número de votos depositados no fue suficiente para que las propuestas formuladas en la consulta contra la corrupción se convirtieran en mandatos de forzoso cumplimiento, no se debe desconocer que muchos colombianos participaron.
La mejor manera de describir la reciente reunión de los expresidentes colombianos Álvaro Uribe, Andrés Pastrana y César Gaviria es la frase pronunciada por Pastrana: “se está pasando de la confrontación a la reconciliación”; algo urgente para Colombia.
El domingo pasado se llevó a cabo en Colombia y en el exterior la consulta popular contra la corrupción.