El diario El Espectador publicó el 27 de agosto de 2016, en la página 38 de esa edición sabatina, una fotografía del ex ´Presidente Álvaro Uribe Vélez para ilustrar el entrecomillado de unas declaraciones suyas en las que criticaba el proceso de paz firmado entre el Estado colombiano y el grupo guerrillero de las Farc.
El presidente Maduro ha dicho que el de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, caracterizado por la represión y la persecución que está librando contra diversos sectores de la población, va a parecer “un niño de pecho” frente a lo que él es capaz de hacer contra la oposición.
Al equiparar la lucha por la libertad del pueblo venezolano con el burdo y enigmático intento de golpe en Turquía, lo único que Maduro logra es revelar, una vez más, su verdadera identidad política, la del despotismo, misma que tan protegida se encuentra por la connivencia de algunos gobiernos del área.
Con la firma del Acuerdo final en La Habana, el pasado 24 de este mes, los colombianos empezamos a sintonizarnos con el futuro que nos habrá de deparar, estamos ahora en modo paz. Resultó providencial que la fecha de la realización de la Cumbre do Gobernadores coincidiera con el día después de este magno acontecimiento. Al decir de Federico Engels, hay años en los que sólo transcurren días de historia y hay días en los que transcurren años de historia, estos últimos días han sido de esos cargados de años de historia.
Mientras Santos anunciaba la firma del ¨Acuerdo Final¨ con las Farc, simultáneamente pedía la captura del exministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias, en los Estados Unidos. El día en que selló su acuerdo con el grupo guerrillero y se comprometió a eximir a los responsables de crímenes de lesa humanidad de ir a la cárcel, pidió hacer efectiva la extradición de Arias para someterlo a 17 años de prisión.
Son varias las agremiaciones que datan de más de medio siglo, entre ellas Analac que congrega a los productores de leche del país y cuyo sexagésimo aniversario lo celebran cerca de 400 ganaderos reunidos hoy en el auditorio de la Cámara de Comercio Sede Salitre de Bogotá.
Otras también, entre ellas las de razas bovinas, acreditan muchos años de existencia, gozan de estructura, estatutos y de todas las formalidades que la ley señala.
Más pertinentes y constructivas no pueden ser las observaciones que ha hecho el vicepresidente Germán Vargas Lleras a la jurisdicción especial creada por los acuerdos de La Habana. Revisar sentencias en firme proferidas por la sala de casación penal de la Corte Suprema de Justicia rompe el principio de cosa juzgada e impone el peligro inminente de caos jurídico final dentro de un sistema judicial ya inoperante.
Votar por el Sí el próximo 2 de octubre es salir de la época feudal. Como lo ilustra claramente Norbert Elias (El proceso de la civilización, FCE, 1987) cuando hace referencia a la descentralización territorial en la Alta Edad Media, los reyes necesitaban la guerra para consolidar sus territorios y afianzar su poder. Estamos a un milenio de aquellas épocas y aún seguimos con líderes que son señores de la guerra y se oponen a la construcción de paz en todas las formas posibles: la batalla es su razón de vivir, su poder y caudal están basados en ella y no están dispuestos a aband
Por allá en la página 191, de las 297 del documento que hoy alboroza a los colombianos, se lee que “para generar confianza y credibilidad” se crea un “Sistema Conjunto de Comunicaciones y Pedagogía del Acuerdo Final”, que incluye una “campaña pedagógica” con una etapa inicial de ¡seis (6) meses!, solo para “comunicar los contenidos del Acuerdo Final”.
Seis años después de iniciados los contactos para explorar la posibilidad de una negociación de paz entre el Gobierno y las Farc, se dio a conocer el texto del acuerdo final. Son 297 páginas que involucran múltiples disposiciones que merecen una lectura cuidadosa si se quiere llegar a un voto consciente e informado en el plebiscito. Analizaremos en futuras columnas los acuerdos con mayor impacto sobre su sostenibilidad y mayores alcances sobre su virtualidad para promover reconciliación, verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.
Después de cuatro años se llegó al “todo está acordado”. De lo último que se negoció se deriva que hasta el 2018 las Farc pueden designar tres voceros en el Senado y tres en la Cámara para participar -con voz pero sin voto- en los debates que tengan lugar alrededor de la legislación para implementar los acuerdos. Además, podrán presentarse a las elecciones al Congreso en el 2018 y se les garantizarán cinco curules en el Senado y cinco en la Cámara, sin la votación exigible.