El diario El Espectador publicó el 27 de agosto de 2016, en la página 38 de esa edición sabatina, una fotografía del ex ´Presidente Álvaro Uribe Vélez para ilustrar el entrecomillado de unas declaraciones suyas en las que criticaba el proceso de paz firmado entre el Estado colombiano y el grupo guerrillero de las Farc.
La advertencia del ahora presidente emérito, eterno e irremplazable del partido Centro Democrático sobre el Acuerdo de Paz consiste en señalar que “este proceso convierte a las Farc en grupo paramilitar, socio del Estado para combatir a otros delincuentes”.
¡Toda una revelación! Y viniendo del ex Jefe del Estado que negoció y firmó el Acuerdo de Paz con los grupos paramilitares que operaban en el país, tiene mayor valor aún.
Es francamente sorprendente que después de tantas décadas que Álvaro Uribe ha empleado para negar la existencia del paramilitarismo en Colombia, ahora, termine reconociendo su existencia, sin entregar mayores razonamientos que justifiquen su abrupto cambio de opinión.
Peor aún. Afirma sin ambages que los paramilitares son (¿o fueron?) socios del Estado colombiano para combatir a otros delincuentes. Me imagino que al oír semejantes afirmaciones en boca del señor ex Presidente, muchos de sus ciegos seguidores deben estar haciéndole esa pregunta tan gringa: “Quién eres tú y qué has hecho con mi amigo Uribe”.
Y tienen razón de estar estupefactos. Uribe nunca ha reconocido la existencia de paramilitares. Ni siquiera en la ley con la que desmovilizó a miles de ellos los señaló así. “Autodefensas” dice esa ley que son. Y sediciosos quería él que fueran, hasta que las Cortes le dijeron que no.
Lo de paracos es creación de la oposición, de la prensa o incluso de las Cortes que actuaban, según él, “con sesgo ideológico”.
Menos aún ha reconocido que los paramilitares fueran socios del Estado. Y, ni pensar que lo fueran para combatir a otros delincuentes. Eso lo decía la izquierda, ¿pero Uribe?
Acaso, ahora que las Farc se desmovilizan y retornan al redil del establecimiento, ¿Uribe es el último izquierdista, el último rebelde contra esa nueva alianza criminal que ahora denuncia? Eso no se veía ni cuando J.C. Turbay salió de gira internacional para decir que el único preso político en Colombia era él.
No sería raro ver semejante transformación. De hecho el Centro Democrático, el partido que dirige, parece tener la virtud de convertir a la gente en lo que no es. Ya hemos visto como, por ejemplo, Rangel pasó de ser un investigador que comprendía el fenómeno guerrillero a un simple fanático en contra de cualquier acuerdo de paz. O cómo Everth Bustamante pasó de ser miembro amnistiado e indultado del grupo guerrillero que causó la masacre del Palacio de Justicia a un fundamentalista contra las amnistías o los indultos.
Hay que ponerle cuidado al ex Presidente Uribe cuando advierte sobre el peligro de la paramilitarización de las Farc. El debe saber porqué lo dice. Lo que debe aclararle al país, es si eso, en su concepto, es bueno o malo.
@Quinternatte
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