Nuestra historia diplomática, así como tiene páginas brillantes, exhibe también episodios vergonzosos. Uno de estos últimos es la historia de por qué no pudo venir a Colombia, como profesor de la Universidad Nacional, el gran jurista Hans Kelsen. Acaso el científico de la ciencia jurídica más importante que produjo el mundo en el siglo XX.
Había anunciado que dedicaría la presente columna al tema del plebiscito y las elecciones del 2018, pero la carta dirigida por el Presidente Santos al ex presidente Uribe, y las reflexiones que éste último hizo, obligan a formular algunas consideraciones, porque lo que sucedió está lejos de ser un episodio menor.
No se le escapa al autor de estas líneas que existe una gran desconfianza recíproca entre los dos protagonistas.
Tampoco se hace caso omiso de que en momentos de tormenta política, el primer sacrificado es el análisis sereno.
¿Que si uno quiere la paz?, ¿Que si la Iglesia la quiere? Obvio que sí. Pero obvio no quiere decir algo así como cierre los ojos, firme aquí y salimos de problemas. Quiere decir que es el bien supremo que estamos en la obligación de buscar y promover. Y es necesario hacer énfasis en la obligación moral, pues podría ser que alguien, y parece que los hay, se sienta no llamado a trabajar por la paz ni ahora, ni nunca. Nadie está exento de meterle el hombro a semejante realidad tan importante y necesaria.
Ninguna política anti-terrorista es ciento por ciento efectiva, ni puede aspirar razonablemente a serlo. Ni siquiera un sistema de vigilancia y control casi absoluto de las actividades de los individuos, al modo de la peor pesadilla orwelliana, podría asegurar la invulnerabilidad de una comunidad frente a esa forma peculiar de violencia política que es el terrorismo. En ese sentido, la eficacia de los esfuerzos anti-terroristas, el éxito de las agencias de inteligencia, las fuerzas del orden y las autoridades judiciales, debe medirse no en función de los atentados terroristas que ocurren
Cada momento es crucial en la historia de un país, y, ciertamente, cuando hay grande inquietud general por salir de una época tan prolongada de conflicto armado en Colombia, los pasos que se den hacia superar tan agobiadora situación los consideramos trascendentales. Los dirigentes de la Iglesia Católica en nuestro país, pastores de la gran mayoría de personas en él, reclaman para ella audición y respeto como se le ha dado, tantas veces, a lo largo de la historia de Colombia.
Con contadas excepciones se encuentran informes especiales periodísticos tan enriquecedores como el de la última edición de The Economist sobre la situación social, política y económica de la China actual. Recomiendo, por tanto su cuidadosa y deleitada lectura.
Los ingenieros y constructores de obras civiles saben de las diferencias que existen entre obras no urbanas con respecto a las urbanas.
En días pasados solicitamos al señor Presidente tener en cuenta la obligación de cumplir la ley de cuotas en el nombramiento de comisionado en la CRC; no obstante las excelentes calidades del doctor Bacca, en nuestro concepto la ley obligaban claramente a nombrar una mujer en este cargo para cumplir con el mínimo establecido.
Tiene la izquierda de la Universidad Nacional una cultura brillante, pero dirigida. Sus tesis se agrupan para una batalla imaginaria contra la tradición colombiana que considera desueta, inerte y sin proyección en la vida nacional actual. Borrón y cuenta nueva parece ser su consigna. Queremos afirmar, desde ya, que nuestra pluma no se mueve al servicio de un macarthismo nacional, de odiosas vivencias. Pero ideológicamente nos encontramos en la orilla opuesta que presenta sus conceptos, muchos de ellos buidos, y algunos ciertos, red peligrosa para los incautos.
Afortunadamente los bogotanos gozamos de una vocación democrática en la que podemos elegir libremente a nuestros dignatarios. En este nuevo año, los capitalinos pudimos llevar nuevamente a la Alcaldía Mayor a Enrique Peñalosa, pues en su primera administración transformó la ciudad convirtiéndola en una metrópolis orgullo y ejemplo para otros países.