No basta con ser, sino que hay también que parecerse y el hábito sí hace al monje. Dos adagios que hemos escuchado desde niños. Este último es originalmente en negación, pero esta es mi versión en positivo.
Nadie entiende quién atropella más a los bogotanos: ¿la Alcaldesa o el Concejo? Esa la razón para que Claudia y los cuarenta y tantos concejales pierdan día a día la confianza de quienes los eligieron y de aquellos que no votaron por ellos.
Varios temas agitaron el fin de semana en el país que bien vale la pena analizar: En primer lugar, regreso el debate sobre la eutanasia; esta vez en el caso de la señora Marta Sepúlveda, quién padece de un grave padecimiento: Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), que le ocasiona graves problemas para su movilidad y la tiene postrada, con dolores permanentes y arduos padecimientos que le impiden llevar una vida con dignidad. Ella optó por poner fin a su vida, atendiendo los protocolos que ha expedido el ejecutivo en
Para la Corte Constitucional no. Para la inmensa mayoría de colombianos sí lo es.
Sin lugar a duda, las eliminatorias al mundial y la llegada de la temporada navideña son efectivamente el mejor momento para esconder grandes cambios, renuncias, escándalos o evitar posibles confrontaciones con la opinión pública nacional e internacional.
En Colombia la política se encarga de convertir las situaciones en algo más complicado de lo que en realidad son. La política es el medio utilizado por varios actores para promover sus intereses personales por encima de los generales. Además, una visión muy distinta es la de un militar o exmilitar a la de un exparamilitar y exguerrillero, sin embargo, todos defenderán haber sido parte de una ideología o de una doctrina, que a su vez fue un medio para conseguir sus más inmediatos fines.
El Servicio Militar Obligatorio (SMO), hoy regulado por la Ley 1861 de 2017, tiene fundamento constitucional en el artículo 216 cuando señala “Todos los colombianos están obligados a tomar las armas cuando las necesidades públicas lo exijan para defender la independencia nacional y las instituciones públicas”, bajo el supuesto de que cuando se alcanza la mayoría de edad los nuevos adultos están llamados a suspender su proyecto de vida individual y enlistarse para contribuir al cumplimiento de los fines del Estado.
Gran debate por la eutanasia, la decisión personal de morir. Se está discutiendo si legal y moralmente la muerte asistida es conveniente para la sociedad. Según mi criterio, la eutanasia es un crimen que la persona comete contra sí misma y, es más, en complicidad con quien lo ejecuta, sea personal médico o enfermero. La vida es sagrada, es lo único que tenemos, pero no somos los dueños. Dios nos la da y Él nos la quita, a cada cual en su momento.
Como lo hemos recordado varias veces -pero, ante los hechos de la vida real, es preciso insistir en ello-, uno de los propósitos básicos de la Constitución, según su preámbulo, consiste asegurar a los integrantes de la Nación la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz, dentro de un marco jurídico, democrático y participativo que garantice un orden político, económico y social justo.
Uno de los logros más importantes de los tiempos modernos es la aceptación, más o menos generalizada, de todos los estilos de vida, las religiones y las razas. Esta inclusión y respeto hacia quienes son diferentes a nosotros, a los que llamamos “los otros”, es algo muy especial, es algo que se debe celebrar a diario.