Ingenuamente creíamos los colombianos que el DAS, había desaparecido. Se liquidó hace algunos gobiernos por el desprestigio que acuñó a causa de la desviación de sus finalidades institucionales, ya que se había vuelto el instrumento de inteligencia, para espiar la oposición, periodistas y hasta magistrados, por fuera de lo legal.
Volvamos los ojos al Estado plurinacional de Bolivia (Mamallacta, Marka y Mborivia), nuestro “querido” vecino a quien tuvo de Evo Morales, la franqueza de declarar que “Felicitamos al hermano presidente de Colombia, Gustavo Petro, por su discurso en la ONU para reivindicar, defender y consolidar la dignidad y soberanía de la patria grande ante el intervencionismo armamentista de Estados Unidos (…)”.
Después del esfuerzo de siglos por conformar el Estado, con separación de las ramas del poder, participación democrática e incorporación de avances tecnológicos, en el mundo existe una gran crisis institucional. La fragilidad de la democracia pone a prueba la civilización y la cultura.
Un crucigramista pedía una palabra de tres letras para “movimiento inconsciente”, ¿será TIC?, pues bueno con fino humor en realidad era Eln.
El borracho descubre sus sentimientos y saca sus resentimientos.
Como lo dije públicamente hace unos días, el presidente de la República no necesita, ni está obligado a responder -en las redes sociales- a toda publicación, opinión o información de los medios y periodistas acerca de su gobierno. Tampoco le está prohibido. Puede hacerlo, si le parece indispensable, porque también goza -como todas las personas- de la libertad de expresión.
Uno de los primeros choques que tuve con el África, en donde sumando viví cerca de 12 anos de mi vida, fue entender dentro de mi marco de una practicante católica, la visión de los africanos y sus distintas tribus acerca de sus múltiples concepciones de religión, de culto.
En su discurso inaugural, Gustavo Petro llamó a la concordia, a un Pacto Histórico, a la paz total.
El año pasado, durante su posesión presidencial, Gustavo Petro declaró que había empezado “la Colombia de lo posible.” La era de “lo imposible” y el “no rotundo” cedía ante un gobierno dedicado a “trabajar para que más imposibles fueran posibles” así como habían derrotado, en las urnas, a todos quienes pensaban que nunca llegarían al poder.
Qué duros tiempos atraviesa nuestra dolida Colombia. Esta última semana fue muy difícil, se presentaron toda clase de alteraciones que molestan, preocupan e intranquilizan al país y ciudadanía en general.