Qué duros tiempos atraviesa nuestra dolida Colombia. Esta última semana fue muy difícil, se presentaron toda clase de alteraciones que molestan, preocupan e intranquilizan al país y ciudadanía en general. No nos detendremos haciendo un recuento sobre lo múltiples acontecimientos de orden público, por ser conocidos, sufridos y destacados en el ámbito nacional, solo esperamos los resultados de las investigaciones, para satisfacción y brillo de la justicia, en todo su esplendor.
Si queremos puntualizar un poco sobre el tema aparecido en estos días y generado por la señora Alcaldesa de Bogotá, que nos preocupa y quisiéramos aportar algo al debate, en busca de claridad, buen entendimiento y conveniencia colectiva. Anuncia la señora Alcaldesa el envío de una misiva al Señor Presidente de los colombianos, buscando su apoyo ante el Congreso para lograr la creación de una policía local, sustentando su petición en el déficit del pie de fuerza policivo en la capital. Además hace referencia al aporte que la Administración hace para el sostenimiento y operatividad institucional, recordando que al lado de estos esfuerzos económicos se ventiló en épocas pretéritas, el incremento del número de efectivos para la ciudad, ampliación que no fue cumplida en la dimensión esperada.
Otro tema de la doctora Claudia López va dirigido al Código de Policía, pidiendo autoridad para proceder ante ciertas conductas por parte de los alcaldes locales e inspectores de policía, sin la presencia contemplada en la normas de las unidades institucionales. Seguramente a la señora Alcaldesa le sobra razón en muchos aspectos, especialmente en lo referente a la flexibilización del Código, al que urge una reforma o ajustes de acuerdo a los cambios sociales y arremetidas de la delincuencia; los antisociales evolucionan con dinámica permanente y la institución no se pude rezagar en estos temas tan sensibles para la sociedad.
En lo referente a la creación de una policía local o municipal, como sería su denominación, es un poco más complicado por múltiples aspectos. Uno de ellos es la historia. Nuestra policía hoy nacional, en un principio fue adscrita a las municipalidades y pasados unos años llegó a ser asignada a los departamentos. Todos estos movimientos o destinaciones le aportaron funestas consecuencias de toda índole, donde se dificultó grandemente su profesionalización, la dotación deficiente en todo sentido, con ribetes políticos tan nocivos en las filas policiales, todo sin marginar ese peligro de quedar dependiendo directamente del alcalde de turno, quien la utilizara a su antojo y amaño, relevando en cada periodo sus hombres, deteriorando la formación y capacitación que permanentemente reciben los miembros de la Policía Nacional.
Entendemos que el pedido, es un grito desesperado de auxilio que la Dra. Claudia lanza frente al caos delictivo generado por falta de justicia en la capital de la República.
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