Llegó el momento que les había anticipado hace ya algunos meses entre una dosis saludable de escepticismo y algunas notas cautas de optimismo. Llegaba la prueba ácida para Andrew Sean Greer y su querido personaje Arthur Less, el ficticio escritor que en 2018 conmovió al jurado del premio Pulitzer a través de sus dilemas existenciales tan comunes como anónimos.
Todo nuevo gobierno tiene el derecho de plantear sus prioridades y luchar por ellas. Es lo natural. Pero ese deseo de reinventarlo todo, y de desconocer lo que viene de atrás, tiene límites que pueden resultar muy costosos.
Un político canadiense, Premio Nobel de la Paz en 1957, escribió una frase contundente y que conserva validez: "nos preparamos como gigantes precoces para la guerra, y como pigmeos retardados para la paz.”
En el argot político se asegura que la capacidad para ganar está en saber escoger el enemigo a enfrentar -incluso en crearlo- como también en dominar la conocida estrategia de divide y vencerás, atribuida al gobernante romano Julio César, que usara también el emperador Napoleón.
Por lo general, los dirigentes políticos de los países que cuentan con recursos petroleros procuran explotarlos de manera inteligente y provechosa, para de la misma forma invertirlos en desarrollo, política social, aspectos de la deuda externa y solventar gastos importantes del Estado. Es un dogma elemental, puesto que se supone que la economía debe estar al servicio de la Nación.
Termina el semestre académico en las universidades. Momento oportuno para hacer una pausa -una “tregua en el duro trabajo”, como reza la secuencia de Pentecostés que hoy recita el mundo católico- y reflexionar un poco sobre las universidades, los profesores y los estudiantes. Una pausa y tregua que, en cambio, no dan los asuntos internacionales, de los que habitualmente se ocupa esta columna; y que, por eso mismo, vale la pena aprovechar para ocuparse de otras cosas, como éstas.
Como el Amor -con mayúscula- es una fuerza siempre presente que va más allá de cualquier sentimiento o emoción, no hay manera de no estar en su presencia.
El gobierno de emergencia conformado con representación exclusiva de conspicuos miembros del autodenominado Pacto Histórico, solo logró multiplicar las improvisaciones del gobierno y ahondar la ineptitud de ellos en la coordinación y ejecución del cúmulo de políticas pregonadas por el presidente. No extraña que los problemas desatendidos aumentaran y se instalara la sensación de incapacidad de lidiar con las realidades que nos circundan. Intentar reformarlo todo a las volandas no resultó el mejor método para el cambio ofrecido.
Durante este mes celebramos la creación del internet y las telecomunicaciones y es una ocasión para conmemorar lo mucho que la tecnología y quienes trabajan en ella nos han hecho avanzar, para que la humanidad en todos los ámbitos pueda tener más fácil la vida.
Esta obligatoria 'jornada de reflexión', que corta bruscamente y congela la campaña electoral la víspera de la corrida a las urnas me ha parecido siempre un despropósito, una antigualla carente de sentido. Candidatos paseando con el perro, cosa que nunca hacen normalmente, o arrastrando a los niños al cine, que ídem. Más valdría que ellos (y nosotros) reflexionásemos cuando más necesario es: al día siguiente de las elecciones, que ya se conocen los resultados, aunque aún se desconozcan muchos pactos de gobierno.