Andrés Caicedo empezó a escribir a los nueve años, se interesó en el séptimo arte y fundó la revista especializada “Ojo al cine”. Murió en su ciudad natal después de leer la primera edición de su novela “¡Que viva la música!”.
Su vida, sus obras y sus ideales se encuentran en la exposición “Morir y dejar obra”, que estuvo disponible en la sala de audiovisuales de la Biblioteca Luis Ángel Arango en el 2012 y que contó con documentos del archivo donado en 2007 por la familia Caicedo Estela y el archivo personal de Luis Ospina.
Gracias a una alianza entre la Gerencia de Literatura y la Cinemateca Distrital del Instituto Distrital de las Artes (Idartes), la Cámara Colombiana del Libro y la Biblioteca Luis Ángel Arango (BLAA) del Banco de la República, la línea de tiempo “Morir y dejar obra” estará disponible en diferentes puntos de la ciudad. Se puede visitar en el hall de información de la biblioteca hasta el próximo viernes 17 de febrero.
La obra basa su título en una recordada frase del escritor: "Si dejas obra, muere tranquilo, confiando en unos pocos buenos amigos”.
La muestra gráfica conformada por carteles, boletines, plegables, recortes de prensa, da cuenta de las relaciones profesionales y de amistad del escritor caleño, y al mismo tiempo permite conocer el escenario cultural de esta generación. Algunas de estas piezas hacen parte del archivo personal de Caicedo, que se conserva precisamente en la Biblioteca Luis Ángel Arango.
Su obra es considerada como una de las más originales de la literatura colombiana. En sus 25 años de vida dirigió sus propias creaciones teatrales, escribió un considerable número de cuentos, mantuvo una intensa y elaborada correspondencia e incursionó en el mundo de la novela con una pasión y una urgencia sin tregua. De la misma forma, el cine fue una de sus principales obsesiones.
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Trayectoria
Andrés Caicedo Estela fue un escritor caleño que perteneció al famoso proyecto cultural Ciudad Solar. El letrista nació el 29 de septiembre de 1951. Estudió en diversos colegios de los que fue expulsado por rebelde, y se graduó de bachiller en el Colegio Camacho Perea. En 1966 escribió su primera obra de teatro, titulada “Las curiosas conciencias”, y le siguieron “El fin de las vacaciones”, “Recibiendo al nuevo alumno”, “El mar”, “Los imbéciles están de testigo” y “La piel del otro héroe”, que ganó el Primer Festival de Teatro Estudiantil de Cali. Asimismo, trabajó en el Teatro Experimental de Cali (TEC).
Ejerció también de crítico cinematográfico en los diarios El País, Occidente y El Pueblo. Sus relatos, en esa época, cosecharon varios galardones como el del concurso de cuento de la Universidad del Valle o el Concurso Latinoamericano de Cuento, organizado por la revista venezolana Imagen, o el concurso nacional de cuento de la Universidad Externado de Colombia.
Su gusto por el cine lo llevó a fundar, en 1971, con otros amigos, el Cine-Club de Cali. En 1973 viajó a Los Ángeles y a Nueva York, en el intento de venderle a Roger Corman dos guiones de largometraje que había escrito. En 1974 escribió el relato “Maternidad” y se publicó el primer número de “Ojo al cine”, revista especializada que se convertiría en una de las más importantes de Colombia.
En 1977 entregó a la editorial el manuscrito de su novela “¡Que viva la música!”, y el mismo día que recibió el ejemplar editado, se suicidó tomando pastillas.
En una época en la que la corriente dominante era el realismo mágico, Caicedo optó por una obra realista que trataba y diagnosticaba los problemas sociales. La mayoría de sus escritos fueron publicados póstumamente y, con los años, Andrés Caicedo se ha convertido en un escritor de culto.
Se puede apreciar la muestra en los siguientes lugares de Bogotá:
Hall de la Biblioteca Luis Ángel Arango, hasta el viernes 17 de febrero de 2023.
Cinemateca de Bogotá, Becma, hasta el 6 de marzo de 2023.
Cinemateca de Bogotá, El Tunal, hasta el 6 de marzo de 2023.
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