“Tipo, lito, calavera. Historias del diseño gráfico en Colombia” es el nombre de la exposición que aún se encuentra disponible en la Biblioteca Luis Ángel Arango, con una curaduría de Juan Pablo Fajardo, con la intención de registrar cómo han sido la práctica y la evolución del diseño y la tipografía en Colombia durante el siglo XX.
La exposición reúne más de 1.000 piezas de diversas colecciones del Banco de la República como la numismática, la de arte, la bibliográfica, y de instituciones como el Museo La Tertulia, el Instituto Caro y Cuervo y la empresa Carvajal S.A.
La exposición está narrada de manera cronológica a partir de 17 capítulos conformados por obras, libros, periódicos, pasquines, impresos de distinta naturaleza como billetes, carátulas de libros, carteles, revistas, fanzines, prensa regional y etiquetas que conversan entre sí para tratar de contar la historia del diseño gráfico en Colombia y al mismo tiempo desde distintas disciplinas construir una narrativa que permita establecer relaciones entre fenómenos políticos y estéticos.
La exhibición busca reflexionar sobre la manera en que las identidades nacionales se reflejan en la visión estética de cada época, que se hace evidente en las piezas editoriales y otros materiales impresos a través de los cuales circulan las ideas y conocimiento del momento.
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“Tipo, lito, calavera”: la investigación
La investigación que da origen a la exposición buscó establecer una periodización sobre las prácticas del diseño en el país, su nombre apela a tres momentos del oficio así:
“Tipo”: hace referencia a la tipografía como sistema de impresión mediante el uso de letras de plomo o de metal, que cubren un periodo que va desde el inicio de la introducción de la imprenta en el país, en el siglo XVIII, hasta las primeras décadas del siglo XX.
“Lito”: se refiere a la litografía o técnica de impresión en piedra, o plancha metálica basada en la posibilidad de integrar textos e imágenes en una sola composición.
“Calavera”: hace referencia a los espacios en blanco entre palabras, también conocidos como ríos o callejones, un error común al momento de justificar textos digitalmente.
Según Juan Pablo Fajardo, curador de la muestra, uno de los objetivos de la investigación era tratar de entender el contexto del uso de determinadas tipografías, al igual que su trasfondo político, técnico y estético. “Nos dimos cuenta de que una historia sobre la forma de las letras aportaba elementos para comprender las corrientes visuales de una época al establecer conexiones entre los creadores de esos caracteres, las publicaciones o medios en los que circularon, las posibilidades tecnológicas con que se produjeron, las influencias, así como el papel que desempeñaron el arte y la política”.
La investigación también buscó identificar en qué momentos del siglo XX Colombia hizo aportes o avances en diseño y tipografía.
La muestra es el primer ejercicio que permite observar la historiografía del diseño en el país en un periodo determinado como es el siglo XX y que además reivindica el papel de algunas figuras, personajes y sectores excluidos. “Esta es una selección personal, una curaduría con sesgos propios y caprichos que responden a una sensibilidad particular”, confesó Juan Pablo Fajardo.
El diseño y la impresión fueron campos de acción fundamentalmente masculinos durante el siglo en mención, y el papel de la mujer es aún desconocido. Sin embargo, la exposición resalta dos figuras de gran relevancia: la dibujante, fotógrafa y ceramista Carolina Cárdenas y una de las precursoras de la comunicación gráfica moderna, la diseñadora Marta Granados.
Así mismo, destaca los aportes de la prensa comunista en el siglo pasado, que a pesar de ser altamente censurada y perseguida, logró llegar a las clases obreras y reflejar la situación de los trabajadores. Sobresale el periódico Tierra, uno de los más emblemáticos de los años 30 del que no se pudo obtener una pieza original.
El desarrollo de la prensa local y regional, los discursos visuales que permitían ver el descontento social y el debate político, el aporte de colectivos como El Taller 4 Rojo con sus carteles, el papel de los artistas que a la vez eran diseñadores, la impresión comercial y la relación con el arte, la creación de diferentes tipografías, la publicación Colombia Cafetera, el aporte de artesanos y grabadores, el arribo de los avisos publicitarios a las calles y balcones de las ciudades, el significativo aporte de Sergio Trujillo Magnenat al campo de la gráfica, las bienales de arte, el lado B de los pioneros, el trabajo de diseñadores con instituciones culturales, la irrupción del computador y las nuevas tecnologías para transformar los procesos, son tan solo algunos puntos claves en el transcurso del siglo XX que aportaron al desarrollo del diseño gráfico en el país y que se exhiben en la exposición.
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