Desde el martes 24 de enero estará abierta al público la nueva exposición temporal “Bestiario del arte colombiano”, en la Casa Museo Quinta de Bolívar, ubicada en la calle 21, N.° 4A-30, en el centro de Bogotá.
La muestra propone, a través del relato de un viajero, un recorrido desde el siglo XVI hasta el siglo XX, mediante el cual se exhibe cómo los animales han estado presentes en el arte colombiano desde la llegada de los europeos hasta el presente.
Leones, perros y vacas, entre otros animales que solamente existen en la imaginación, han sido plasmados en el arte en distintos momentos de la historia universal. En el caso del arte colombiano, estas representaciones se han realizado desde mucho antes de la colonización española de América, pero con la llegada de los europeos, las tradiciones artísticas locales se conjugaron con las del Viejo Continente, dando lugar a una amalgama de representaciones que abarcan desde el arte religioso colonial hasta el costumbrismo republicano.
De acuerdo con la directora del Museo, Elvira Pinzón, son más de 20 obras, como pinturas, porcelanas y variedad de técnicas como litografía, taxidermia, dibujo, ensamblado, etc., que están dispuestas en la sala. Entre estas se encuentran algunas piezas de la colección propia y otras pertenecientes a la colección del Museo de la Independencia, Casa del Florero, Museo Nacional y Museo Colonial.
Lo que se busca es evidenciar que pintores como Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos, Ramón Torres Méndez y Ricardo Borrero Álvarez, entre muchos otros, no representaron a los animales de manera ornamental, sino que sus creaciones permiten reconocer las prácticas culturales del momento en el que fueron elaboradas, así como también dan cuenta de la relación con otros seres vivos a lo largo de la historia nacional.
La muestra está distribuida en los siguientes cinco capítulos:
1. El cordero de Dios
En un principio la representación del cordero estuvo asociada al símbolo del martirio y la muerte de Cristo. Más adelante, estos animales empezaron a ser actores de las escenas pastoriles que remontaban al Viejo Continente, pero si bien eran representaciones seculares, la manera en la que se los mostraba seguía asociándolos a los significados religiosos de la docilidad y de la humildad.
2. Animales foráneos y propios
Los bueyes, vacas y burros, animales traídos por los colonizadores, fueron representados en un primer momento conforme a su relación con las tradiciones religiosas del Viejo Continente, que los ubicaban en el contexto en el que supuestamente se dio el nacimiento de Jesucristo, pero, con el tiempo, empezaron a ser un elemento característico de las escenas de trabajo propias del campo colombiano.
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3. Equinos en la cotidianidad
Cuando los europeos colonizaron América en el siglo XV, se cambiaron muchas de las prácticas que se daban en esta región. Equinos y bóvidos se convirtieron en el principal medio de transporte en la Nueva Granada, sobre todo en los grupos sociales más cercanos a los españoles.
Los caballos permitieron que los colonos europeos tuvieran una ventaja estratégica ante los pueblos amerindios en los primeros años de la conquista de América. Lo anterior no impidió que, unos años más tarde, gracias al papel de los caballos durante la independencia de Colombia, empezaran a ser retratados junto a los próceres neogranadinos, asociándolos a la fuerza y al poderío de sus jinetes. Por esa razón, ya no se volvió a hablar del rol que tuvieron durante la colonización.
Los caballos también llegaron con prácticas que se pensaba solamente se daban en Europa, como la caza con sabuesos. Más adelante, cuando el Virreinato de Nueva Granada ya se había transformado en la República de Colombia, otro artista, Ramón Torres Méndez, retrató que esta práctica se siguió dando en los siglos posteriores, convirtiéndose en una dinámica tan colombiana como española.
4. Del campo a la casa: los perros
Los perros han sido representados masivamente desde las primeras manifestaciones artísticas. En América los han mostrado como acompañantes, presentándolos en ambientes domésticos y campestres. También han sido retratados con una simbología asociada al contexto familiar en el cual suelen estar o como figura de fidelidad.
5. Animales alados
Algunas especies de aves han sido representadas por diferentes sociedades como símbolo de fuerza, de poder y de paz (un ejemplo es la representación de la paloma blanca como el Espíritu Santo, utilizada por la religión católica). Estas han generado fascinación y asombro en el ser humano, elementos que han sido expresados también en la taxidermia, una práctica que no solamente permitía inmortalizar la belleza de las aves o generar un conocimiento de la naturaleza, sino que también suponía la supuesta superioridad del hombre sobre los animales.
Con esta exposición, el Museo genera un espacio de reflexión en torno al Patrimonio Natural y la manera como han sido percibidos algunos animales por el ser humano, desde la época colonial hasta la actualidad; teniendo en cuenta su representación a través del arte, relacionada estrechamente con el contexto histórico-cultural y la función que se les fue asignando con el paso del tiempo a las diferentes especies, ya sea como compañeros del hombre en escenas cotidianas, apoyo en actividades rurales, entre otras.
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