El programa de Ciclo Básico está orientado a cerrar las brechas que emergen de la heterogeneidad en el desarrollo de competencias cognitivas, sociales y emocionales de los estudiantes que aspiran ingresar a la educación superior. Estas brechas se manifiestan en desorientación socio-ocupacional, alta deserción en los primeros semestres, baja adaptación al entorno de la educación post-secundaria y bajas tasas de acceso a la educación superior de la población más vulnerable por razones académicas, financieras y de motivación.
Según las cifras del Ministerio de Educación, en 2019, las tasas de deserción estaban a la baja, pero sin cifras oficiales se sabe que aumentó durante la pandemia. En la formación técnica sigue siendo muy alta y en la universitaria ronda en 10%. Una de las razones de la deserción está en la dificultad para adaptarse al sistema y los bajos conocimientos que presentan algunos alumnos.
Se considera que un programa de Ciclo Básico deberá estar diseñado para que genere una vía de acceso a la educación superior, a la educación técnica o la formación para el trabajo y el emprendimiento, independiente de la condición social o económica. En estos momentos se observa qué hay una problemática en la formación universitaria que se aprecia en los siguiente:
* Muchos de estos estudiantes no están preparados y entre mayores sean sus necesidades básicas no atendidas, menor será su capacidad de adaptación.
* Hay una gran deserción en los primeros años de educación universitaria y también un gran número de personas que no entran al sistema por no tener los recursos o la formación suficiente. Existe un sesgo en que existe una gran diferencia entre la formación técnica y la formación profesional.
* También muchos estudiantes llegan a la educación superior con una serie de aprendizajes propios de su contexto. Estos conocimientos no son reconocidos, ni aprovechados. En Colombia la tasa de absorción en el 2020 fue de 51,6%, que representa 23,5 puntos porcentuales por debajo de las economías de la Ocde, que están en el 75,1%.
Es por eso, que se requiere de una apuesta por fortalecer la formación básica y media que cierre esas brechas. En este artículo, la historia y la importancia de las escuelas normales.
La primera apuesta por una educación que complemente el sistema educativo surge recién independiente el país. En el Congreso de Cúcuta, la Ley 1 del 6 de agosto de 1821 se define que existirán instituciones educativas donde los estudiantes se formarán como profesores y así poder responder a una necesidad urgente de educadores en el país, según.
En el gobierno del presidente Santiago Pérez se dictó el Decreto No. 356 del 27 de agosto de 1874, que reglamentó lo pertinente a las escuelas normales de mujeres, cuyo objeto era formar maestras competentes para regentar las escuelas primarias de niñas.
De esa forma se fueron presentando en adelante las instituciones formadoras de instituciones que se iban creando en los diferentes Estados Soberanos de Colombia.
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Los gobiernos liberales entre 1853 y 1886 estaban convencidos que las mujeres deberían educarse, de ahí la necesidad de formar educadoras. Las normales dieron excelentes resultados en empleabilidad, lo que estimuló que las familias colaboraran en llevar a sus hijas a las normales para reducir el analfabetismo.
En 1972 se crea la ley para la creación de los Institutos Nacionales de Educación Media Diversificada (INEM), bajo el gobierno de Carlos Lleras Restrepo, el nombre de Institutos de Educación Media Diversificada es considerada una de las mejores apuestas educativas del país, que tiene como objetivo dar una formación técnica en la formación escolar y responder a la demanda de profesionales cualificados para trabajos técnicos en la industria nacional: electricistas, dibujantes, habilidades, contables principalmente.
Se construyen 21 instituciones en el país. La filosofía según palabras del propio presidente Carlos Lleras en la inauguración del INEM José Félix Restrepo de Medellín es que “las personas con menos recursos tengan institutos iguales o mejores que las clases altas del país”.
La formación se agrupa en rotación vocacional, exploración vocacional, y orientación vocacional. Las ramas y especialidades se centran en artes, humanidades, procesos matemáticos, química industrial, programación, contabilidad y el área industrial.
Las normales y los INEM favorecieron el acceso a la empleabilidad y la escuela jugó un papel por darle oportunidades a los estudiantes de escasos recursos para formarse como profesores y en la formación técnica y tecnológica. Es clave fortalecer de nuevo los espacios de formación. Hasta la reforma escolar en 1993 las normales y los INEM lograban altos puntajes en las pruebas Icfes (hoy Saber) y facilitaba el acceso a la educación superior a los egresados.
Hoy es necesario pensar en fortalecer los espacios de formación pedagógica, tecnológica y técnica para que sea un camino en el cierre de brechas y una de las opciones de ciclo básico que puede tener el país para mejorar la educación básica y media, y que se articule con la superior.
*Especialista en educación
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