Escultor de “La creación del hombre”, un relieve basado en el fresco de la Capilla Sixtina de Roma que se encuentra en la Catedral de Sal
Carlos Enrique Rodríguez Arango es uno de los artistas colombianos que tuvo la oportunidad de formarse como escultor en Carrara y Pietrasanta (Italia), ambas ciudades escultóricas por excelencia y en las que se trabaja el mármol y el bronce en su respectivo orden. Allí se convirtió en uno de los mejores talladores contemporáneos del mundo.
Nacido en Bogotá, hace apenas una semana cumplió 74 años, pero lo define una personalidad jovial y alegre: “Yo seguiré haciendo mi arte como yo quiero, sin ataduras, ni reglas. El arte debe ser libre”, dice.
Fue el responsable de escoger a 22 escultores de 19 países y cuatro continentes, para tallar 11 bloques de mármol y 11 esculturas en relieve sobre las paredes de roca de sal que le darán vida al primer Museo Subterráneo de Escultura Monumental del Mundo, en la Catedral de Sal de Zipaquirá, que será inaugurado el próximo mes.
Hace 40 años que Carlos tiene este sueño de hacer esculturas con mármol en Colombia y fue persistente, constante y paciente para lograrlo: “En el año 1981 fui invitado a Carrara a participar en el tercer simposio internacional de esculturas monumentales, un evento en el que se reunieron 30 escultores en la Plaza Pública de la ciudad durante 20 días, para hacer piezas talladas en mármol. En ese momento yo pensé que Colombia también debería tener ese tipo de monumentos porque tenemos mármol, pero en esa época no existía la cultura de tallar, los últimos que hicieron eso fueron Rodrigo Arena Betancourt, Ramón Barba Guichard y José Domingo Rodríguez, en los años 40. Después de ellos no existieron más talladores y todo quedó allí. Desde los 80, yo tenía el proyecto de hacer esculturas en mármol en nuestro país y es lo que estamos logrando actualmente en la Catedral de Sal de Zipaquirá”.
Fue precisamente la oportunidad que el maestro Rodríguez estaba esperando: poder contar con el apoyo de organizaciones para hacer las obras en el país, por lo que se siente agradecido con la Sociedad Museo Subterráneo Monumental S.A.S, una organización que promueve y genera espacios públicos culturales en el mundo.
También fue el brazo ejecutor de la reparación de la estatua de la Virgen de la Bahía de Cartagena, patrona de los marineros, que desde 1983 servía de punto de referencia para las embarcaciones que navegan por la zona y que fue destruida por un rayo. La obra llegó a Cartagena desde Italia en 1958 y durante 25 años permaneció emplazada sobre el baluarte de San Lorenzo, en el céntrico barrio de Getsemaní.
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David Manzur, su maestro en la pintura
Carlos inició su formación académica en la Universidad Nacional de Colombia. Después viajó a los Estados Unidos para continuar sus estudios en el "Seminole Junior College" de Stanford. Posteriormente regresó a Bogotá, donde ingresó en la escuela "David Manzur", en Chapinero.
“Manzur fue mi maestro, con él aprendí a pintar al óleo. Recuerdo que tenía 16 años e iba dos veces por semana a su escuela a pintar y a dibujar. Posteriormente, mi familia no quería que yo fuera artista porque la profesión no tenía buena fama y terminé influenciado por mis hermanos mayores que habían estudiado en la Universidad de California, Estados Unidos; ellos me convencieron para estudiar ingeniería agrícola, pero no la terminé porque yo quería ser artista”, relata el escultor.
Pietro Tacca
La pasión y el gusto por el arte siempre estuvieron en sus venas. Luego de estar varios años en Estados Unidos, decidió volver a la ciudad italiana de Carrara, donde asistió a la escuela Pietro Tacca y a la Accademia Di Belle Arti di Carrara. Allí terminó de sellar y enriquecer su profesión.
Sus primeras obras talladas en mármol fueron huevos. Durante cinco años estuvo formándolos con mucha destreza: “Así comencé, los hacía de varios tamaños y a la gente le gustaba. También hice piezas sobre el origen del nacimiento. Posteriormente estuve dedicado al arte abstracto, luego regresé al arte figurativo, no me dejo encasillar. Como artista me he dedicado a hacer mi propio camino, en mi arte hago lo que yo quiera. Actualmente trabajo el arte abstracto figurativo”.
Su habilidad y olfato artístico lo han llevado a participar en diferentes simposios internacionales y hacer exposiciones en Italia, Holanda, Francia, Estados Unidos y Colombia. También ha participado en varios eventos internacionales de escultura monumental, dejando obras en importantes museos, como en Corea, Rusia, Italia y en Colombia, donde se encuentra una de sus obras más emblemáticas, precisamente en la Catedral de Sal de Zipaquirá. Se trata de “La creación del hombre”, un relieve basado en el fresco de la Capilla Sixtina de Roma pintado por Miguel Ángel Buonarroti.
Además de pintor y escultor, también se ha dedicado a la docencia, oficio que ha desempeñado en varias universidades del país en los últimos años.
“Pero ahora estoy dedicado 100% a la escultura, porque es lo que me apasiona. Actualmente estoy con el proyecto de la Catedral de Sal y con la construcción de mi estudio aquí Cundinamarca”, resaltó.
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