Aval de antaño
Luego de que el fiscal Francisco Barbosa dijera la semana pasada que la Corte Constitucional difícilmente dejaría pasar una reforma que permitiera darle beneficios de casa por cárcel a culpables de delitos de lesa humanidad, se generó un debate de marca mayor entre algunos juristas. Para algunos, el jefe del ente acusador se equivoca en su percepción porque ya el alto tribunal avaló en repetidas sentencias beneficios penales y penitenciarios a sindicados o condenados por delitos de lesa humanidad y atroces, siendo la ley 975 de 2005, o de Justicia y Paz, impulsada y sancionada en el gobierno Uribe para el proceso de desmovilización de los paramilitares, la principal prueba jurisprudencial en ese sentido.
La otra cara
Sin embargo, otros expertos penalistas sostienen que el ministro Néstor Osuna se equivoca al hacer una homologación con los otrora grupos paramilitares que, aunque no tenían estatus político (pese a que se les trató de tipificar como sediciosos), sí eran facciones armadas ilegales, con mando y estructura militar, cobertura territorial y un objetivo reconocido: la contrainsurgencia. Por el contrario, el ‘Clan del Golfo’ o ‘Los Pachenca’, bandas criminales a las que cobijaría el proyecto de ley sobre sometimiento a la justicia, no tienen esas características.
Todos al tablero
Trascendió en los corrillos políticos parlamentarios que al presidente Gustavo Petro no le cae nada bien que se esté abriendo camino entre los analistas y la prensa la tesis de que en el gabinete hay dos líneas: la de los ministros radicales y los moderados. Para salirle al paso a esa percepción creciente, la Casa de Nariño estaría preparando una estrategia de socialización de los alcances de las reformas, empezando por la de la salud, que replicaría el mismo modelo de los Diálogos Regionales Vinculantes. Es decir, que a cada ministro y alto funcionario se les enviaría a distintos departamentos a defender la reforma, explicar sus alcances y pedir el apoyo popular a la iniciativa. Es decir, que todos los ministros pasarían al frente, sin excusa alguna.
Menos empresas
Tras el duro impacto de la inflación en los costos de nómina y producción de las empresas, ya algunos analistas económicos y dirigentes gremiales han empezado a advertir que este primer trimestre -que apenas va por la mitad- apunta a ser uno de los más complicados en materia de cierre de empresas, sobre todo de micro, pequeño y mediano tamaños. Se advierte que las estadísticas de Confecámaras en los últimos dos años y medio han sido muy positivas en cuanto a creación de empresas versus el número de unidades productivas que se cierran o, al menos, las que cancelan su registro. Sin embargo, hay coincidencia en torno a que en este primer semestre la tendencia va a cambiar y eso es más preocupante aún porque esa curva a la baja coincide con la desaceleración de la economía que ya comenzó, como se deriva del dato que el DANE reveló sobre el crecimiento del 7,5% en 2022.
Crisis de emprendedores
“… Desde la pandemia vimos una explosión de emprendimientos unipersonales o de microempresas… Muchos de esos esfuerzos se han venido marchitando porque la estructura de costos de materia prima y de pagos a terceros, incluso por trabajo hora-labor, se encareció sustancialmente… Esos emprendedores van a salir a buscar trabajo, aumentando la demanda de empleo en momentos en que la economía se enfría”, dijo un exalto funcionario del gobierno Duque.
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