“Servirse de un cargo público para enriquecimiento personal resulta no ya inmoral, sino criminal y abominable.”
-Cicerón.
Persona no bienvenida, eso es lo que es el presidente de Colombia, y no solo en Perú, sino también en España, México, Estados Unidos y por supuesto en la misma Colombia. Que descaro y cinismo, cuando se atreve a opinar de la política extranjera de un país soberano y ajeno. Además, qué vergüenza para el país en general, que su gobernante sin ningún reparo arremeta contra el buen nombre de la mayoría de los colombianos, favoreciendo a los criminales, ilegales y marginales, que parece son a quienes gobernara no más.
Alucinante, de no creer, demente, son las declaraciones del señor Gustavo Petro en sus alocuciones frente a la prensa nacional e internacional. Colombia no goza de una buena imagen en general, y hay quienes han intentado mejorarla y mostrar una nueva cara, de hecho, los gobiernos anteriores sin excepción lo intentaron y tuvieron algún éxito. Sin embargo, el nuevo gobierno, que ahora echa a sus propios ministros sin que ellos lo sepan, se está encargando de empeorar la imagen de Colombia y de los colombianos por supuesto.
Antes había despidos por WhatsApp, al menos. Ahora por medio de la prensa local, sus mismos ministros se enteran de que ya no hacen parte del “gran pacto nacional”. Asimismo, da la impresión de que el presidente está por colgar un retrato de Pablo Escobar en Palacio, ya que Escobar ni era un criminal ni el negocio de la cocaína es ilegal.
El futuro de Colombia ya no es incierto, está claro para donde se está dirigiendo, y es por las sendas leoninas o desmedidas de las propuestas, políticas e ideologías del gobierno actual que no cumple ni un año, y en tiempo récord se ha empecinado en cambiar al país, a las malas y en pro de los intereses desmedidos y desconocidos de la nueva casta gobernante.
Gustavo Petro, como colombiano y como máximo representante del país por la naturaleza de su cargo, es señalado y marginado por un país vecino que se siente altamente ofendido por sus declaraciones en contra de una institución nacional tan importante como la Policía Nacional del Perú, es prácticamente abominable. La imagen de Colombia se empieza a convertir también en non grata, lo cual es perjudicial no solo para el gobernante y país, sino también para los connacionales.
El gobierno Petro ha creado una crisis diplomática en la zona, que se suma a su ahora cercana relación al gobierno de Nicolás Maduro, que para muchos ya era una realidad, para otros era un secreto a voces o no lo sabían, pues ya lo saben. El mismo gobierno no tiene miedo a que lo sepan, ya no tiene miedo a nada pues goza del poder, y no de cualquiera, pues los tintes tiránicos no tienen ningún deseo de disimulo, más bien, todo lo contrario.
Dejan el gobierno casi que, sin saberlo, los ya exministros Alejandro Gaviria, Patricia Ariza y María Isabel Urrutia. Se van dejando al garete un gobierno en picada, que tiene pronóstico reservado.
Twitter: @rosenthaaldavid
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