Un caso de divorcio tuvo como protagonistas a dos perros, que según la familia hacían parte del proceso al sostener que son seres sintientes, sin embargo, un magistrado de la república dejó constancia que se desconoce ese argumentó y aún no entro en vigor el concepto de “familia multiespecie”.
Durante el proceso un juez impuso medidas de embargo y secuestro a las dos mascotas, por tal motivo, la dueña de los canes respondió con una tutela que incluso llegó hasta la Corte Suprema de Justicia, argumentando que ambos “miembros de su familia”, eran seres sintientes, tal y como señala la Corte frente a otros animales.
Esta mujer sostuvo frente al ente judicial que su hijo había creado un lazo fraternal con ambos perros, además de que considera que ambos canes son como sus otros hijos pues afirmó que han compartido durante mucho tiempo.
Dentro de lo que recalcó esta mujer en la tutela fue el rechazo rotundo de la medida del juez, pues no iba a permitir que dicha decisión afectará a su hijo y mucho menos que entrará en un posible estado de depresión por la ausencia de ambos animales, por ende, el caso fue llevado hasta el estrado civil de la Corte.
Finalmente, la Corte concluyó que la afectada podría apelar desde dos ámbitos uno desde el afectivo y otro desde el termino de familia multiespecie, no obstante, ninguno se tuvo en cuenta al decidir embargarlos y se dio por sentado que los dos canes siguen siendo objetos.
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