LAS pruebas de Estado o Saber las realizan los estudiantes de grado 11 del país, y son un requisito para terminar y certificar los estudios de secundaria. La prueba, qué es considerada una de las más antiguas y completas del mundo, se aplica de forma ininterrumpida desde hace 53 años.
Este examen estatal evalúa las áreas básicas: matemáticas, lenguaje, ciencias sociales y ciencias naturales, más el conocimiento en segunda lengua, competencias ciudadanas y por décadas ha tenido otras áreas de calificación. La prueba se realiza dos veces al año, la primera en marzo para los estudiantes que cursan el calendario B, es decir que terminan el año escolar en julio y el mayor número de estudiantes la presentan en septiembre, para los estudiantes de calendario A que terminan el curso en diciembre.
Además, con algunas interrupciones, desde inicios del siglo XXI se han realizado también las pruebas Saber tercero, quinto, y noveno para evaluar el progreso de los estudiantes en los procesos de formación.
Consultores del Icfes (Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior) quien se ha encargado de la prueba, tomaron los resultados de los grados tercero, quinto, noveno y undécimo para revisar las tendencias y las brechas que se presentan entre los grupos que han presentado la prueba.
Unas de las evidencias es que en tercer grado los niños y las niñas tiene resultados casi idénticos en matemáticas, pero a medida que avanzan las pruebas se empieza a notar que los niños van teniendo mejores resultados que las niñas y en cada grado esa brecha se hace más evidente.
Según David Cañizares, del Icfes, “se observa que el desempeño en matemáticas de ambos géneros para grado tercero no tiene diferencias significativas, ya en quinto se ve una diferencia a favor de los niños y en la prueba de noveno la diferencia es muy marcada”.
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Cuando los estudiantes presentan la Prueba Saber 11, la diferencia es mayor, con cada hombre que obtiene 100 puntos de matemáticas, una mujer alcanza 93. Este resultado para ingresar a la universidad, se convierte en una barrera para que las mujeres puedan acceder a programas STEM, es decir de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas.
Ese motivo puede explicar por qué las mujeres siguen siendo minoría en programas como las ingenierías, economía, arquitectura o contaduría. Y porqué se mantienen las brechas de ingresos salariales entre hombres y mujeres.
La pregunta para reflexionar es, qué hace que aumenten esas brechas cuando en los primeros años no se presenta. Pueden ser varias las causas, pero una puede tener que ver con los roles de género, es decir, cómo desde niñas se le orienta a las mujeres a desarrollar roles que se consideran femeninos y cómo las matemáticas se siguen pensando como un área dura del conocimiento.
Los problemas pueden surgir desde los roles familiares en la casa. Cuando padres regalan a sus hijas juegos interactivos, de habilidades contables o de conocimientos matemático. Generalmente los juegos que se dan a los niños incluyen esas actividades. Es decir, lo ideal es que las niñas reciban menos muñecas y más juegos que le ayuden a mejorar sus habilidades de pensamiento y matemáticas.
Algunos expertos recomiendan que algunas de las estrategias que se pueden utilizar para que las niñas mejores sus habilidades matemáticas pueden ser jugar fútbol, realizar juegos de mesa como ajedrez, y promover la lectura en las mujeres.
Además, la situación es más crítica porque en las Pruebas Pisa, las mujeres colombianas son de las que tienen mas bajos resultados frente a mujeres de otros países. Por ejemplo, sorprende que las mujeres con mejores resultados son las de Arabia Saudita, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, es decir, que temas como la discriminación a la mujer que vive en estos países no es un indicador de su bajo desempeño. Esto implica mayor trabajo para determinar qué pasa con las mujeres colombianas, los roles que se asumen y sus progresos en conocimientos matemáticos.
Un reto que requiere de la colaboración de las familias, de los colegios y de las universidades, para buscar el cierre de brechas en el conocimiento entre hombre y mujeres en el país.
*Especialista en Educación
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