Encuestas para el optimismo

La encuesta de la revista Semana, realizada por el Centro Nacional de Consultoría, debe haberse sentido como un bombazo en las huestes de campaña de Gustavo Petro. En segunda vuelta, Petro tendría el 43,1% de la intención de voto, y Fico Gutiérrez le pisaría los talones con un 40,1%. Es decir, un empate técnico por el que nadie daba un peso hace 20 días.

Pero pasó lo impensable: el periódico El Tiempo se vino con otra encuesta, realizada por Guarumo y EcoAnalítica, en la que por primera vez se voltea la torta. En segunda vuelta, Fico tendría el 43,5% de intención de voto, y Petro el 40,1%. Y si bien sigue siendo un empate técnico, es la primera muestra de que Petro no es invencible y de que la suerte no está echada.

Mucho se había dicho que para enfrentar a Petro sí había candidatos, pero que tanta atomización impedía que alguno de ellos tomara vuelo, lo que se solucionó salomónicamente con la consulta del Equipo por Colombia.

Así se cortó de tajo la posibilidad de que la extrema izquierda se impusiera tan solo por la división de las fuerzas contrarias, como sucedió cuando Petro les ganó la Alcaldía de Bogotá a unos enanos políticos que no quisieron aliarse en pro del bienestar de la ciudad. El desastre que sobrevino es conocido por todos.

Ahora lo que está en juego es el país entero. La historia resaltará la rápida y patriótica decisión de Óscar Iván Zuluaga de renunciar a su candidatura para adherir a la de Fico de manera incondicional. Lo mismo deberían hacer ya todos esos ‘candidotes’ que sueñan con ceñirse la banda presidencial, pero no al grado de poner en peligro nuestra democracia.

Sería oportuno que Rodolfo Hernández dé ya mismo un paso al costado a favor de Gutiérrez, reconociendo que una exitosa carrera empresarial como la suya, sería imposible bajo las reglas que Petro quiere implementar.

De igual manera podrían proceder aquellos candidatos que desean construir sobre lo construido en vez de lanzarnos al vacío con planes demagógicos, totalitarios y liberticidas que han sido ruinosos en todas partes y para cuya implementación deben obrar como tiranos eternizándose en el poder.

¿Qué rondará por la cabeza de un aventurero que propone coronar la bandera con una hoja de marihuana? ¿Qué le impide a un profesor de matemáticas reconocer que ya no es su hora y tener grandeza para retirarse de la competencia y sumar fuerzas con quien sí tiene el momentum?

Para ser presidente se tiene que querer serlo, pero no por simple vanidad. A Fico le llegó su hora porque Colombia lo necesita para no caer en un agujero negro del que sería muy difícil salir. Actuó con honestidad y prudencia, y las cosas se le fueron dando hasta llegar a la escogencia de un candidato a la vicepresidencia visceralmente bueno mientras la fórmula de Petro solo destila odio, rabia, rencor…

Hoy nada se ha ganado, pero tenemos motivos para el optimismo, aun a pesar de un sistema electoral que saca votos de la chistera del petrismo.

@SaulHernandezB