LA OTRA CARA
Ojo a Mocoa

La reconstrucción de Mocoa, junto con localidades cercanas a su área en Putumayo, abrió desafío para la gente, que desborda solidaridad, como flor de un día, y luego sigue de largo, con los destellos de moda. Y que la emergencia económica, sea desde ahora -dron- de vigilancia permanente.

La tragedia emitió señales sobre la vulnerabilidad en varias regiones del país con poblaciones, junto a montañas, ríos y quebradas, sensibles a avalanchas. Protegerlas es compromiso inaplazable. 

Ahora en Mocoa se impone máxima exigencia para dirigir y alcanzar resultados acordes con necesidades que se encuentran a medida que avanza la movilización de escombros y búsqueda de personas.

Hay doble reto: Salvar vidas, hasta donde más se pueda, proteger menores desamparados, integrarlos a grupos sociales de auxilio y asegurar suministro de medicamentos, y elementos básicos. Enviarlos no pueden ser gestos por pocos meses. 
Falta todo en 24 mil kilómetros cuadrados de Putumayo. La tragedia destruyó el hospital local y la reserva agrícola y ganadera, así como caza y pesca, ubicadas cerca de minas de oro y plata, además de petróleo, con pozos productivos en Orito. 

La segunda instancia es de expertos nacionales y extranjeros, quienes seguramente, al igual que en la avalancha sufrida por Armero (Tolima), decidirán levantar parte del municipio en terreno estable, distante a ríos y quebradas.    

Tras encontrar más resultados de la tragedia, con destrozos y aumento en el número de personas que aún son buscadas, requerirá reforzar la operación de rescate, que se desarrolla bien.   

Este columnista, como reportero en décadas de los años 80 y 90, recuerda el vigor y esperanza de vida con futuro de los habitantes de Putumayo, cuando Ecopetrol anunciaba buenos resultados de la exploración en Orito.

Inmigrantes y comunidades indígenas celebraban que cultivos de hoja de coca y marihuana en sus regiones serían materia prima para industria medicinal. Es una perspectiva para tener en cuenta.

Lo reiteraron hace pocos días centros de investigación médica, en Estados Unidos, Francia y Alemania para tratamientos como el Parkinson, sugiriendo el montaje de empresa de agricultores de la región.     

Sus habitantes acogieron siembras de productos agrícolas para suministro regional y despachos a Huila y Nariño, con algunas ventas a Ecuador.

La ayuda a Mocoa, incluido el aporte nacional y extranjero, obliga manejo con mano limpia y sin corrupción. Lo que se detecte torcido, en ese sentido, de una, es un delito criminal.  

Que el compromiso sea reconstruir a Mocoa y Putumayo, sin pausa y con responsabilidad humana.