Los académicos Juan Carlos Escobar, Miguel García Sánchez y Felipe Nieto Palacio, catedráticos del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia y del Observatorio de la Democracia de la Universidad de los Andes, fungen como editores académicos y compiladores de “El poder local en Antioquia”, un texto de reciente aparición, que aborda las miradas sobre las elecciones subnacionales o regionales, que en octubre de este año se repetirán en todo el país.
Como es bien sabido y, lo ratifican los autores, el estudio de la participación política, los partidos políticos y las elecciones, han tenido en Colombia un importante desarrollo, unido particularmente al “manzanillismo”, sin que hasta ahora se abordara un estudio regional como el de este grupo de investigadores quienes, además, pretenden mostrar que, desde las últimas décadas del siglo XX y, particularmente, con la elección popular de alcaldes en 1988, hay que analizar regionalmente el impacto de esas elecciones “subnacionales” en lo que va a ser la conformación del poder político central a nivel nacional.
Para Escobar, García y Nieto, el fortalecimiento de la investigación sobre los partidos políticos pasa por aclarar qué elementos de las dinámicas locales son resultado de procesos vividos por las organizaciones en sus niveles nacional y regional, y cuáles de esos fenómenos se comportan de manera inversa, es decir, son característicos de la dinámica local, y desde allí determinan algunos fenómenos de mayor relevancia para las organizaciones en el nivel nacional.
El balance académico que realizan los investigadores no deja de lado el fenómeno de la apatía electoral predominante en el país y, particularmente en Antioquia, departamento en el cual se centra la obra publicada, donde la tensión de la violencia de la guerrilla, los paramilitares y el narcotráfico también han tenido que ver con el abstencionismo.
No dejan de lado los autores hablar del declive de los partidos políticos en las regiones y, el contraste con los partidos nuevos y movimientos surgidos en las dos últimas décadas, los cuales, a veces parecen transitar trayectorias distintas en su dinámica, pero, con el mismo objetivo final: hacerse al poder gracias a lo que mencionan allí: los “avaladores” de listas y candidatos.
Con aporte de gráficas, tablas y estadísticas, la obra igualmente estudia las diferentes estructuras de poder y las redes políticas regionales, que son diversas, dinámicas y diferenciadas, pero que enfrentan retos que amenazan su preponderancia en las regiones donde tradicionalmente han captado adeptos.
Igualmente, la virtud del libro radica en la capacidad de centrarse, desde la visión objetiva y desapasionada de la academia, en las dinámicas políticas locales, donde existen particularidades acerca de las estrategias electorales, los temas de las campañas, la configuración de estructuras de poder y, las coaliciones políticas que articulan, en determinados momentos, los intereses de los partidos políticos, con los de grupos independientes de ciudadanos que consideran que sus propuestas son importantes, pero que sin “maquinaria” no podrían lograr el beneficio de sus comunidades.
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