Este jueves se estrena en las salas de cine del país “Nuestra película”, el documental que recupera, enfrenta y reactiva un archivo que está en la memoria de los colombianos que vivieron la cruenta guerra de las décadas de 1980 y 1990.
“Nuestra película” nació tras un arduo trabajo de investigación de archivo. Se trata de una pieza audiovisual construida a manera de collage con imágenes, repeticiones y memorias rescatadas de los archivos de los noticieros de los años 80 y 90. Así lo explicó su directora, Diana Bustamante, quien desde hace siete años comenzó a trabajar en la búsqueda e investigación del material audiovisual.
“Esta película es un trabajo del archivo de noticias de esa época, que fue muy violenta en el país, pero más allá de eso, lo que intento no es dar una explicación historia de ese periodo, sino una viaje emocional por lo que vivíamos en esa época, por esas noticias que eran muy repetitivas, casos muy violentas y poco comprensible para la mirada del os niños que estaban conociendo el mundo a través de la televisan”, le dijo Bustamante a EL NUEVO SIGLO.
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La memoria
La directora destacó que la película es 100 % imágenes de archivos en las que se busca hacer preguntas sobre la memoria y buscarle un sentido a las imágenes que se producen hoy en día. “Nos mostraron tanta violencia hasta el punto que pensamos que vivir así era normal y por supuesto que no. Entonces necesitamos volver a ver las imágenes para reflexionar sobre lo que nos pasó como sociedad”, afirma.
“Nuestra película” intenta aproximarse a la idea del documental de ensayo, compuesto íntegramente por material de archivo noticioso del país: “Esta película es ante todo una reflexión sobre la imagen a través de la imagen misma y de cómo esta está íntimamente relacionada con la construcción de la identidad de una generación que de alguna manera se educó frente a la televisión: testigo pasivo de una realidad densa que con el tiempo nos ha transformado en una generación apática, sin futuro. Esta película no pretende ser una historiografía, es un ejercicio para llegar a una reinterpretación de ese material de archivo, de lo que se dejó de lado, de lo que no está dicho y de lo que dice así mismo su reiteración. Más allá de lo violento de esas imágenes, se trata de la banalización de esa violencia. Me gusta la idea de la intervención. Alterar imágenes de la misma manera que nos alteran nuestros recuerdos y procesos mnemotécnicos: editando, creando sesgos y recomponiendo. Examino imágenes y exploro cómo se convirtieron en parte de nuestra memoria social e individual”.
Añade: “Uso la imagen como un lenguaje del que me apropio como parte de mi generación. Son imágenes que se repiten, difunden, reencuadran y son manifestaciones explícitas de su propia fragilidad; a través de su alteración, estas imágenes son testigos de lo que se denomina 'la verdad'. Un collage que da forma a los muertos, donde las propias imágenes hablan de su sinsentido. Repeticiones, destellos de planos y un constante cambio de ritmo, también son partes importantes de la creación de un discurso que, más allá de dar cuenta de los hechos de un momento específico, hablan de la banalización de la violencia y de una generación acostumbrada a estas imágenes”.
La película ha estado en la Muestra Internacional Documental de Bogotá, en la Premier Internacional de Nueva York, en la 13ª Kaleidoscope Competition Premier Europea, en el Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao, en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, en el Festival Internacional de Cine Independiente Bafici, entre otros.
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